Argentina le tiene un gran respeto a Chile. Al menos, eso es lo que se respira en el campamento celeste y blanco en Belo Horizonte, ahí en ese complejo de ensueño perteneciente al Atlético Mineiro y denominado Cidade do Galo. No se trata de una simple sensación.
No es una recopilación de testimonios cercanos a Lionel Messi, con algún margen para el error o para la desconfianza. Hay una voz fuerte, potente, que no duda, que decide, más que autorizada. Es nada menos que la del entrenador, Alejandro Sabella.
Ese señor respetuoso, apodado Pachorra, siempre dueño de palabras más que medidas, de discurso habitualmente cauto, pone a la selección dirigida por su compatriota Jorge Sampaoli como un adversario con el que no le gustaría cruzarse.
Lo curioso es que hace protagonista a Alexis Sánchez y al resto sin que se lo pregunten en forma directa. Un matiz que eleva todavía lo que representa por estos tiempos Chile.
La comprobación se encuentra en una charla bien futbolera que el entrenador de Argentina mantuvo con Clarín, el diario argentino de mayor tirada, bajo el título "El Mundial que imagina Sabella", publicada en la edición impresa hoy. El inicio del texto es con este minidiálogo:
-Alejandro, ¿a qué rival no quiere enfrentar?
-No me gustaría jugar con Chile.
La sensación es que apuesta a esa intercambio como modo de mostrar la sorpresa. Luego, hay un repaso por los favoritos a ganar el Mundial. Ahí señala: "Para mí, los tres que están un escalón encima son Brasil, Alemania y España".
Justamente sobre España, uno de los rivales de Chile en la primera fase, Sabella aporta: "Ellos tienen el tremendo desgaste físico y emocional que conlleva estar tantos años en la cima. Sin embargo, dos equipos españoles (se refiere al Real Madrid y al Atlético) jugaron hace unos días la final de la Champions League. Es todo un indicio".
Luego de esa mirada, a Sabella le preguntan si Argentina es el cuarto en discordia, el seleccionado que buscará molestar a ese trío de favoritos que él elige. Ahí Sabella arranca respondiendo: "Argentina está en un segundo lote de selecciones. No podés descartar en ese espacio a Inglaterra, a Holanda, a Bélgica... Tengo miedo de quedar mal con alguno y, al mismo tiempo, no quiero quedar mal conmigo y decir que me olvidé de éste o de aquel".
Enseguida, después de ese "punto seguido", el DT de Argentina regresa a Sampaoli y los suyos: "Vuelvo a Chile: es un rival más que respetable. Colombia también lo es, aunque perdió a (Radamel) Falcao".
El interrogante siguiente, aunque no incluía a Chile nombrado directamente por los periodistas de Clarín, también derivó en la Roja.
-¿Quién cree que puede ser la sorpresa, la revelación?
-Si hablamos de equipos históricos, que no han hechos grandes campañas en los mundiales, Bélgica y Chile llegan muy bien. Es bueno ser viejo y no perder la memoria.
¿Por qué Sabella endulza con palabras a Chile? ¿Lo hace sin convencimiento o lo dice con firmeza? Primero, es un técnico que modera sus testimonios y trata de evitar polémicas, pero que no suele dibujar frases para endulzar oídos adversarios. Aquel que haya mantenido algún rato de charla a solas futbolera con Sabella desde que es técnico de la selección argentina sabe que le preocupa más que demasiado el funcionamiento del equipo del medio hacia atrás. Por algo piensa jugar la primera fase, bastante sencilla para los suyos por los rivales que le toca enfrentar (Bosnia, Irán, Nigeria), con un esquema bien ofensivo: 4-3-3, con Di María en el medio y con el trío de ataque conformado por Messi, Higuaín y Agüero.
Sin embargo, cuando se cruce con adversarios más fuertes, no descarta ser más precavido. No es casual que varias veces haya probado dibujos con cinco defensores, en 5-3-2 o en 5-4-1. Y también 4-4-2.
Enfrentarse hoy con Chile sería muy incómodo para Argentina. Es que se trataría de una especie de ruleta rusa, similar a lo que sufrió en Sudáfrica 2010, con la eliminación por goleada ante Alemania.
A la selección de Sabella le molestan los rivales atrevidos, rápidos, sin complejos y con jugadores como Alexis Sánchez. Si ante ese tipo de obstáculos apela a un 4-3-3 puede golear o ser goleada. Y si decide un esquema con mayores protecciones achica riesgos atrás, pero también reduce posibilidades de desequilibrio arriba. Aquel viejo y eterno problema de la manta corta. Por eso Sabella dice: "No me gustaría jugar con Chile". No es una definición de compromiso.