El ministro de Defensa alemán, Franz Josef Jung, rechazó las críticas de la comunidad internacional al Ejército germano por el ataque de la Otan que este viernes dejó decenas de muertos en la provincia afgana de Kunduz.

Al mismo tiempo, desmintió que en el ataque aéreo contra dos camiones cisterna hubieran muerto 125 personas, entre ellos numerosos civiles, tal como afirman medios estadounidenses.

Un informe del gobernador de Kunduz habla de 56 muertos y 12 heridos, dijo Jung en Düsseldorf. "El informe dice que eran talibanes", agregó.

El diario "The Washington Post" había informado en base a un equipo de investigación de la Otan (Organización del Tratado del Atlántico Norte) en Kunduz que los muertos eran 125 y que al menos 25 de ellos no eran talibanes.

"Lamento cada civil que haya resultado herido o, dado el caso, haya perdido la vida", dijo Jung, pero inisitió en que hasta el momento no dispone de información sobre víctimas entre la población civil.

"Hay que tener en cuenta el peligro que existía para nuestros hombres, y es que había una clara amenaza de parte de los talibanes", sostuvo.

Las posibles investigaciones de la Fiscalía del Estado en Potsdam contra el comandante alemán responsable del bombardeo también fueron criticadas por el ministro. El oficial que ordenó el ataque aéreo claramente tuvo que repeler un peligro que amenazaba a sus soldados, aseguró.

Mientras tanto, la oposición política al gobierno en Berlín exigió la comparecencia de la canciller Angela Merkel ante el Parlamento para que informe de lo sucedido y rompa así el silencio que mantiene sobre el ataque. Así lo pidieron dirigentes de los partidos Liberal, La Izquierda y Los Verdes.

También su par francés, Bernard Kouchner, sostuvo que lo ocurrido fue "un gran error". "Debemos cooperar con ellos, no bombardearlos", reclamó.

Jung dijo además en declaraciones publicadas por "Bild am Sonntag": "No comprendo aquellas voces que, sin conocer las circunstancias o el trasfondo, critican tan pronto la actuación militar". Las críticas, añadió, "no hacen justicia a una difícil situación en la que nuestros soldados arriesgan su vida por la estabilidad en Afganistán y, con ello, por el interés de nuestra seguridad en Alemania".

Jung defendió la decisión de los comandantes en Kunduz. "Una exhaustiva tarea de inteligencia aportó claros indicios de que los talibanes secuestraron los dos camiones cisterna a unos seis kilómetros de nuestro campamento para perpetrar un atentado contra la base de nuestros soldados en Kunduz", declaró a diversos medios.