Alemania dijo el sábado que responderá las consultas de la Unión Europea sobre la venta del fabricante de automóviles Opel a la canadiense Magna, y consideró que la preocupación expresada por el bloque no ponía en peligro el acuerdo.

La Comisión Europea informó la noche del viernes que la comisaria de Competencia, Neelie Kroes, se contactó con el ministro alemán de Economía, KarlTheodor zu Guttenberg, para expresarle sus dudas sobre los 4.500 millones de euros que ofreció su país a Opel dentro del acuerdo con Magna.

En la carta, Kroes decía que había "significativos indicios" de que Alemania había formulado la oferta de ayuda a Opel con la condición de que Magna fuera elegida como la candidata ganadora, una medida que iría en contra de las normas de la competencia de la Unión Europea.

En declaraciones a periodistas en Berlín el sábado, Guttenberg dijo que el acuerdo iba "bien encaminado" y aseguró que estaba confiado en que Alemania resolvería las cuestiones planteadas por Kroes.

Preguntado sobre si estas preocupaciones podrían arruinar la venta a Magna, contestó: "No, no lo creo".

Magna, una compañía de piezas automovilísticas cuya oferta realizada por Opel está respaldada por inversores rusos, competía con el grupo inversor RHJ International, y antes con Fiat y la china BAIC, por hacerse con el control de la filial de General Motors.

Sin embargo, el Gobierno alemán ha manifestado en numerosas ocasiones durante el proceso de venta que tenía una "clara preferencia" por la oferta de Magna porque ofrecía a Opel el futuro más prometedor y protegería numerosos empleos alemanes.

GM planea vender una participación de un 55% de Opel a Magna y al banco ruso de propiedad estatal Sberbank.

GM continuaría con una participación de un 35% en Opel según el acuerdo, y los trabajadores tendrían el restante 10%.

Opel tiene contratados a unos 50.000 trabajadores en Europa, la mitad de los cuales están en Alemania, y tiene grandes plantas en Reino Unido, Bélgica, Polonia y España.