Alemania se está quedando aislada en el caso Opel y de momento no ha logrado que ningún país con plantas de la automotriz se comprometa a sumarse a su plan y preste ayuda financiera con la que llevar a cabo los planes de reestructuración del grupo automovilístico.

El gobierno español no aportará fondos hasta que el fabricante de componentes automovilístico Magna, -futuro comprador de Opel a General Motors (GM),- no lo convenza de que su plan industrial garantiza a largo plazo el futuro de la compañía y sobre todo el de la planta zaragozana de Figueruelas, recalcó hoy en Berlín el ministro español de Industria, Miguel Sebastián.

"Al gobierno alemán, con quien tenemos una relación fluida, le hemos dejado claro que el plan industrial va antes que el financiero", enfatizó tras mantener un encuentro con el consejero delegado de Magna, Siegfried Wolf.

"Para hablar de lo que pagará España primero tienen que convencernos de que el plan que defienden es viable y a largo plazo", insistió el ministro socialista, que está haciendo todo lo posible por retrasar la compra efectiva de Opel, prevista para el martes.

De hecho, hoy anunció en Berlín que ha convocado una reunión para el mismo martes en la sede del Ministerio de Industria en Madrid entre la cúpula de Magna, los sindicatos españoles y los gobiernos de España y de Aragón.

Ésa será la última oportunidad de Magna para convencer a Madrid de que su oferta es "viable", para asegurarle que se mantendrán las dos líneas de producción en la planta aragonesa de Figueruelas, en la que se fabrica el Opel Corsa, y que a largo plazo, esa factoría que emplea a 7.500 personas "se mantendrá en todo su potencial y seguirá siendo una de las más importantes de Opel".

El gobierno alemán ha propuesto otorgar una ayuda de 4.500 millones de euros al fabricante austriaco-canadiense a cambio de que mantenga los puestos de trabajo de las plantas alemanas. España, junto con Reino Unido y Bélgica, han protestado por esta medida y los demás países que albergan fábricas de la automotriz tampoco han prometido ayudas hasta el momento.

A lo máximo a lo que se llegó hoy en la reunión que mantuvieron en Berlín el ministro alemán de Economía, Theodor zu Guttenberg, y los representantes del resto de países que albergan plantas de Opel, fue a la fijación de un plazo para presentar posibles propuestas.

España no participó en esa reunión porque "no tiene mucho que ofrecer", dado que no considera adecuados ni "el formato ni el contenido presentado", según Sebastián, que después mantuvo una entrevista a solas con zu Guttenberg.

Sin embargo, Reino Unido, Polonia, Austria, Hungría y Bélgica sí se comprometieron a presentar "la semana que viene" propuestas de "aportaciones concretas", para llevar adelante la reestructuración de Opel, según confiaron a dpa fuentes de la negociación.

Por otra parte, el tema Opel está complicando las negociaciones que iniciaron el lunes la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel y el Partido Liberal (FDP) para formar el próximo gobierno de Alemania.

También los liberales criticaron hoy los planes de Magna, opción a favor de la que se manifestó siempre el partido de Merkel.

"Mis temores de que algo no está a punto se confirman cada vez más", dijo hoy en Berlín el vicepresidente del FDP, Rainer Brüderle, quien hizo hincapié en la necesidad de encontrar una solución europea.

Ése es el deseo también del gobierno español, según recalcó hoy Miguel Sebastián. Y en ese aspecto, parece haber encontrado acuerdo con Magna.

Pese a existir una fuerte "distancia" entre ambas partes y un grave "problema de comunicación", Magna y Madrid comparten tres objetivos. El primero de ellos es que la nueva Opel debe ser un proyecto europeo, y no de un sólo país, sino de todos los socios y bajo las mismas condiciones.

Además la competitividad y rentabilidad deben ser los únicos factores que guíen las decisiones, y el proyecto debe ser viable a largo plazo.