Los programas que siguen el quehacer de policías y detectives en Chile, en casos que van desde detenciones de jóvenes tomando alcohol en la vía pública hasta persecuciones de traficantes y delincuentes armados -con balaceras incluidas-, se han ganado un espacio de privilegio en el prime de la televisión local, que además dedica gran porción de sus noticiarios a cubrir crónica roja.
En el pasado, 133: Atrapados por la realidad, de Mega, se encumbró como el pionero del género, con éxito de audiencia. Más tarde, Chilevisión apostó por Policías en acción, aunque no fue sino hasta Alerta máxima que la estación conoció de resultados alegres con un programa de docu realidad de este tipo, que en el prime logró poner en jaque a la competencia promediando 17 puntos de rating y que además se situó como uno de los programas más vistos de la televisión local durante el 2014.
Apuesta que volverá en abril a las pantallas chilenas y que este año suma a su oferta el seguimiento de bomberos; nuevamente bajo la conducción de Carlos López, y con un despliegue de cinco cámaras que siguen la acción, instaladas dentro y fuera de los vehículos de carabineros y bomberos, incluso en los cascos de estos, para así lograr un relato audiovisual en primera persona.
En este sentido, López destaca que lo que diferencia a Alerta máxima de otros programas es su capacidad por mostrar las distintas miradas involucradas en un procedimiento. "Una de ellas es la del carabinero o bombero mismo, que casi te sitúa en el lugar del hecho. Se transmiten sensaciones y no es sólo mera imagen. Así mismo, nosotros como periodistas, tratamos de construir los libretos de manera cercana. Con adrenalina, ironía y con humor, cuando la situación así lo amerita", afirma.
Por su parte, Andrea Vargas, productora del programa, enfatiza que el espacio siempre ha cuidado la estigmatización de los barrios en los que se llevan a cabo los distintos procedimientos, incluyendo casos de distintas comunas de Santiago. "Lo que nos interesa es el relato, la fuerza de la historia. Y en ese afán hemos llevado historias que ocurren en Vitacura, San Bernardo, Ñuñoa, Quilicura, sin darle mucha relevancia al lugar en sí mismo, porque lo importante es el hecho, no dónde ocurre", aclara Vargas.
La presente temporada comenzó a ser grabada en febrero, y sumó la participación de bomberos porque "Nos parece importante destacar la labor de bomberos: lo complicado y arriesgado de su trabajo", concluye Vargas.