Las razones por las que Chile no puede tener un sistema de alerta sísmica como México

México fue azotado la noche del jueves por un potente terremoto de magnitud 8.1. El evento sacó otra vez a relucir una tecnología que desde los años 90 funciona en ese país, en respuesta a la catástrofe de 1985: su sistema de alerta sísmica.

La televisión mexicana sirvió para mostrar en vivo cómo trabaja esta tecnología, que oficialmente responde al nombre de Sistema de Alerta Sísmico Mexicano (Sasmex). 

Como se observa en el video a continuación, el presentador de Televisa anuncia el sonido de la alerta que invita a evacuar. No existe movimiento y la escena se extiende igual por más de un minuto, sin embargo de un momento a otro comienza a temblar y hacerse más notorio el tambaleo del edificio ubicado en Ciudad de México.

Esta escena, aunque se quisiera, no podría ser fácilmente replicada en Chile. ¿Las razones? Geográficas y el director del Centro Sismológico Nacional (CSN), Sergio Barrientos, las conoce en profundidad.

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En conversación con La Tercera, Barrientos detalla que ese tiempo que se da entre la alerta y la llegada del movimiento, depende mucho de la distancia entre el epicentro y la zona que recibe la alerta.  Para este caso, "la fuente sísmica se ubicó a más de 350 kilómetros de Ciudad de México". Ello hace que el sistema tenga "mucho tiempo para reconocer el temblor con las estaciones más cercanas y las ondas se demoran en llegar alrededor  de un minuto. Entonces tienen ese tiempo de noticia adelantada".

En este video se ve claramente cómo las ondas del terremoto de anoche viajan hacia el centro de México, siendo alertadas ya las estaciones del Sasmex repartidas en esa nación.

"Si pudiéramos instalar instrumentos cerca de la costa para un sistema de alerta temprana, es probable que en vez de tener un minuto, nosotros para Santiago con terremotos costa afuera, tendríamos alrededor de unos 15 a 20 segundos de aviso", cuenta el director del CSN. "Si uno piensa para un sistema de alerta temprana para Valparaíso, el tiempo es mucho menor y uno tendría que comenzar a instalar sensores bajo el fondo oceánico", añade.

Ante ello, Japón sale como ejemplo más cercano a nuestro país. Ellos "tienen sistemas submarinos", de manera que "la observación bajo mar permite detectar estas ondas lo más temprano posibles. Con eso se ganan segundos adicionales".

- ¿Hay ideas de presentar un proyecto similar en Chile?

Nosotros les presentamos un proyecto a la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) para un sistema de alerta temprana, un prototipo en la zona central. Hemos visto que en el caso del sismo del 24 de abril de este año, habría funcionado probablemente entregando unos 20 segundos de anticipación antes de que lleguen las ondas de amplitud más grandes a Santiago.

Para concretar este sistema a nivel local, se requiere de la instalación de varias estaciones, que exigen además permisos de instalación en zonas costeras. Todo eso con un presupuesto estudiado.

"Como se trata de un prototipo, estamos hablando del orden de 1 millón de dólares, pero puede fluctuar en un 20%. Hay iniciativas que si nosotros podemos fabricar nuestros propios sensores, abaratarían bastante el costo, por eso el valor puede sufrir variaciones si uno decide comprar afuera o desarrollar en el país", comenta.

"El ideal es tener entre 20 a 30 estaciones enviando sus datos en tiempo real hasta diferentes computadores en un lugar que pueda decidir, y ese lugar puede ser el edificio de la Onemi", dice.

- ¿Un desarrollo local sería en la Universidad de Chile?

Claro. Hay capacidades para poder hacerlo. Si uno ve el problema más amplio, uno ve que varios campos ganan enormemente con un desarrollo de esa naturaleza. No solamente por el resultado final que es la alerta temprana, sino que también por los servicios y productos que se requieren para ser instalados.

- Entonces, un sistema como el de México no se ve en el corto o mediano plazo

Depende del interés de las autoridades. Creo que este tipo de iniciativas sería muy útil para algunas actividades. Es probable que nosotros prosigamos las conversaciones tanto con el interés público y ojalá también de los privados que estén interesados en poder desarrollar un sistema que entregue una información como esa. Eso va a depender principalmente de la disponibilidad de recursos.