"Cuando se fue Marcelo Salas, pensé que nunca más escucharíamos el 'chileno, chileno'. Y mirá qué equivocado que estaba".
Así comienza su relato Juan Carlos, hincha de River Plate que se pasea por las afueras del estadio del elenco Millonario vendiendo todo tipo de accesorios alusivos al equipo de sus amores. El culpable de su equivocación no es otro que Alexis Sánchez, el mismo que con apenas 19 años defendiera con éxito la casaquilla bandasangre.
Los recuerdos del Niño Maravilla están a la orden del día en el barrio de Núñez. Su talento aún no se olvida. Las gambetas, menos. Por eso varios se emocionan cuando saben que el tocopillano dejó atrás el golpe que recibió el fin de semana jugando por Arsenal y que podrá estar presente mañana en el Monumental de Buenos Aires. Esta vez, eso sí, defendiendo a la Roja ante Argentina. "Da lo mismo que sea con Chile, es bueno tenerlo de regreso", asevera Esteban, otro fanático de River.
Y es que Alexis no hizo más que dejar gratos recuerdos en su paso por el gigante transandino. Así lo trae a la memoria Raúl Pichi Quiroga, histórico utilero del club que desde 1990 trabaja allí. Se ha ocupado del material de jugadores de la talla de Enzo Francescoli, Hernán Crespo, Ariel Ortega, Marcelo Gallardo, Javier Saviola, Pablo Aimar o Esteban Cambiasso. También AS7. "Vi pasar un montón de jugadores. Salas y Alexis entre ellos. Ambos son fenómenos", relata a La Tercera.
"Tenía una habilidad de locos. Con la pelota era increíble. Hacía esa bicicleta endemoniada. Pero más allá de eso, era una muy buena persona, siempre preguntando por la familia, por el resto, por sus compañeros, saludando a todo el mundo", agrega Quiroga, quien coincidió un año (entre 2007 y 2008) trabajando en el primer equipo junto a Alexis.
Los recuerdos comienzan a llegar de a poco. Es que para Pichi son más de 500 jugadores los que han pasado por la tienda millonaria desde que comenzara a trabajar ahí. Dice tener memoria de casi todos. "Alexis es un terrible jugador, se merece estar donde está. Siempre fue a buscar eso. Su anhelo era irse a Europa. La oportunidad de ayudar a su familia. El jugador sale de clase humilde y cuando tuvo la oportunidad había que aprovecharla", expone mientras dobla camisetas y junta calcetines en su oficina. Las casi mil prendas que ahí se ven resultan imponentes. "Alguna vez tuve la de Sánchez aquí también", añade.
"El pibe jugaba como en el patio de su casa. Creo que ni se daba cuenta de lo que significaba estar en River y por eso jugaba con tanta soltura, como si nada lo presionara", asegura Quiroga, quien además recuerda con cierto dejo de nostalgia al chileno: "Era un niño. Era un pibito. Era muy jodón, le gustaba joder... muy desordenado. Pero buena persona. Y un muy buen futbolista".
Quizás por eso sus ganas de tenerlo de vuelta. Pichi no pierde la ilusión de ver una vez más al pibito vestido con la casaquilla de River. "Me gustaría que volviera, porque estuvo muy poco tiempo y en ese poco tiempo demostró que era muy buen jugador. Mirá que Salas volvió y lo hizo muy bien. A Alexis lo disfrutamos poco. Estuvo lesionado (rotura de ligamento del tobillo en 2007), pero aún así se metió en el corazón del hincha. Pasa que también salimos campeones con él aquí", expresa. Y por eso, además, su nombre luce en varios lugares del imponente museo de River Plate. Eso, evidentemente, hace que la gente no lo olvide. O que les sirva como una suerte de ayuda memoria.
Y él no es el único que lo quiere de regreso en Núñez. Ese anhelo se oye en las calles que rodean al estadio. "Sería un sueño", dice el pequeño Matías, que no lo vio en vivo, pero sí por televisión.
"Quiero cumplir ese deseo de verlo en directo con la camiseta del más grande de Argentina", dice Mati, quizás enceguecido por la pasión de los colores. "Va a volver y acá lo vamos a recibir como se merece", dice Patricio, su padre, quien le ha hablado maravillas sobre el Niño Maravilla. "Tiene clarísimo lo gran jugador que fue y que es, ahora ya más grande", dice.
Sánchez retorna a Buenos Aires. Primera vez con la camiseta de Chile. Curiosamente, nunca ha pisado esa cancha con la roja en el pecho. "Me voy a quedar a verlo, sin dudas", cierra Pichi, el mismo que vio a Alexis hace nueve años corriendo por los pastos del Antonio Vespucio Liberti y que mañana lo hará de nuevo en el césped que lo puso en los ojos del mundo.