No estará considerado entre los gigantes de la Premier League, pero el Southampton está mostrando credenciales en la presente temporada. Por eso el duelo de hoy no era sencillo para el Arsenal. De partida, se enfrentaba a un rival que esta mejor ubicado en la clasificación, y que más encima llegaba al Emirates con toda la bronca después de caer ante el Manchester City en la última fecha, y perder su posición de escolta del líder.
Y el equipo de Ronald Koeman no decepcionó. No fue precisamente un espectáculo de fútbol, pero si un partido muy bien planteado desde lo táctico. El mejor reflejo fue lo que sucedió con Alexis Sánchez, que fue identificado como un arma de real peligro, por lo que se le escalonaron las marcas casi sagradamente, y se le obligó a retroceder casi hasta el centro del campo para tener contacto con el balón.
Para peor, los "Gunners" no entraron del todo concentrados a la cancha, y el partido se complicó más de la cuenta en los primeros minutos, con errores no forzados que exigieron a la zaga local, y que hicieron pasar más de un susto al portero argentino Damián Martínez, tercero en la lista para ponerse bajo los tres palos, luego del polaco Wojciech Szczesny y el colombiano David Ospina, ambos lesionados.
El chileno, en tanto, en lo suyo. Luchador, se ofreció incansablemente en el mediocampo, buscando tener contacto con el balón para encarar a sus marcadores, o bien poner una pelota filtrada que propiciara algún ataque para el equipo de Arsene Wenger, escazos en la primera parte, de no ser por algunas apariciones atarantadas de Danny Welbeck en el área.
Alexis, una vez más
El Arsenal, nervioso con el marcador en blanco durante demasiado tiempo, comenzó a dar señales de nerviosismo que le impedían resolver un partido demasiado ajustado. A medida que transcurrían los minutos, volvían a aparecer los fantasmas del inicio de la campaña, con un equipo que no se encontraba en la cancha, y que, sin el triunfo, comenzaba a dejar escapar de manera definitiva el campeonato.
Alexis, rebelde, intentó cumplir la labor que sus compañeros en el mediocampo no estaban realizando. Armó juego y habilitó en más de una ocasión a Oliver Giroud, que ingresó en el minuto 65', y en poco tiempo logró hacer más que un deslucido Welbeck, que sigue sin dar razones para permanecer en la titularidad.
Lo de Arsene Wenger también da para ser cuestionado. Tardó demasiado en hacer los cambios que terminarían levantando al equipo cuando casi no quedaba partido (Giroud en los 64' y Podolski en los 80'). Muy sobre la hora, pero justo a tiempo, pues la entrada de los dos goleadores, más la energética presentación del tocopillano le darían al Arsenal la reacción necesaria para hacer el último esfuerzo en busca de la victoria. La encontraría a falta de dos minutos para el final, cuando un enredo en el área terminó con un centro rasante del centrodelantero francés, y mientras todos esperaban conectar en el área chica, el seleccionado naciona, un tanto más atrás, resolvía el partido con un sólo toque. El más sencillo de los que realizó en los 90', pero también el más decidor, porque el triunfo no sólo le asegura a los "Gunners" una inyección anímica por doblegar a uno de los más regulares de la competencia, sino que también les permite seguir soñando con un campeonato que, a ratos, parece perdido.
Con 23 puntos, los de Londres quedan sextos en la clasificación, aún demasiado lejos del líder, el sólido Chelsea con 36 unidades, pero a tiro del grupo de avanzada que se amontona desde su lugar hasta el tercer puesto, ninguno a más de tres puntos de ventaja. El Arsenal, con Alexis como su indiscutible figura, mantiene las esperanzas.