Algunos obispos del Sínodo sobre la Familia piden "prudencia" para que no se dé la impresión de que la Iglesia católica "ve de manera positiva la orientación homosexual" y las convivencias, según explicó hoy la oficina de prensa del Vaticano.
Tras la publicación ayer de la "Relatio post disceptationem", el documento resumen de todas las intervenciones de los obispos y otros participantes en el Sínodo de la pasada semana, algunos obispos de posiciones más conservadoras han hecho oír su voz.
La oficina de prensa del Vaticano publicó hoy el resumen de algunas intervenciones que se escucharon ayer tras la divulgación de este documento en la que no todos se mostraban conformes con las aperturas expresadas en él.
Aunque expresando la necesidad de una justa acogida, "se ha evidenciado la justa prudencia para que no cree la impresión de una evaluación positiva de tal orientación (homosexual) por parte de la Iglesia, y lo mismo se ha deseado respecto a la convivencia", precisó la Santa Sede.
Respecto al acceso a los sacramentos para los divorciados, también ayer algunos obispos argumentaron -según el Vaticano- que "es difícil acoger las excepciones sin que esto se convierta en una regla común".
Y durante el debate de ayer algunos obispos pidieron que el Sínodo destaque con más fuerza y claridad "que el matrimonio indisoluble, feliz y fiel para siempre es bello" y "se evite centrarse principalmente en las situaciones familiares imperfectas", según la nota del Vaticano.
Como está siendo norma durante este Sínodo, el Vaticano no cita a los prelados que intervinieron, pero en los medios de comunicación italianos se han hecho eco hoy las protestas de algunos obispos.
El prefecto de la Signatura Apostólica, el más alto tribunal de la Iglesia católica, el cardenal estadounidense Raymond Leo Burke, acusó de "manipular" la información que se da desde la oficina de prensa del Vaticano "para destacar sólo una tesis en vez de informar fielmente de todas las posiciones expuestas", en una entrevista que publica hoy el diario italiano "Il Foglio".
El cardenal estadounidense, que firmó un libro que acaba de ser publicado en el que defendía que no hay que dar la Comunión a los divorciados que se han vuelto a casar, agregó que espera que el papa Francisco se pronuncie a favor "de la continuidad con las enseñanzas que la Iglesia ha dado durante toda su historia porque son enseñanzas que no han cambiado nunca y no deben cambiar".
También expresó su malestar el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller, al explicar que no comprende por qué el Vaticano no publicó las intervenciones de los obispos durante el Sínodo.
En una entrevista a la sección polaca de la Radio Vaticano, el arzobispo de la diócesis polaca de Poznan, Stanislaw Gadecki, explicó que el documento de síntesis de ayer "se aleja de las enseñanzas de Juan Pablo II" e incluso se ven "trazos de una ideología antimatrimonial".
Según Gadecki, "la relación demuestra que no hay una visión clara de lo que debe hacer el Sínodo" pues el objetivo debe ser "sostener la familia y no exponer las situaciones difíciles, que existen pero no cancelan las necesidades de apoyar a las familias buenas, normales y comunes".
Por otra parte, otros obispos continúan expresando la necesidad de una Iglesia comprensiva hacia los nuevos tipos de familia y el arzobispo de Viena, el cardenal Chistoph Schönborn, no sólo expresó la necesidad de apoyar a los divorciados sino que explicó que conoció a una pareja homosexual "que era ejemplar".
En una entrevista publicada hoy en el diario "Corriere della Sera" el cardenal austríaco explicó: "En Viena conocí a dos hombres de tendencia homosexual que convivían desde hace tiempo y firmaron un pacto civil. Vi cómo uno ayudaba al otro cuando uno de ellos cayó enfermo. Fue algo maravilloso, humana y cristianamente, ver cómo uno se ocupaba del otro y estaba siempre a su lado".