Su nombre en mapudungún significa "Tierra de espíritus". Está al sur de la Región Metropolitana y, de acuerdo al Censo 2012, cuenta con una población de 5.493 personas. Se trata de Alhué, la comuna con más botillerías por habitante de la región, situación que preocupa a su alcalde, Roberto Torres, y a muchos de sus vecinos.
"Preocupante, pues -afirma el edil- ya hemos analizado este tema con las juntas de vecinos y estoy de acuerdo en que es demasiado. Hay que pararlo".
De acuerdo con datos entregados por el municipio, en Alhué han otorgado 61 patentes comerciales de alcohol, dentro de las cuales hay 15 "depósitos", que es el nombre técnico con el que se denomina a las botillerías.
Un sondeo realizado por este medio arrojó que Alhué registra la mayor relación por habitante de botillerías de toda la región: una por cada 366 personas. Estas, en su mayoría, funcionan también como minimarket.
Detrás de Alhué se ubican Quinta Normal (una botillería por cada 491 personas), Estación Central (539) y La Cisterna (590), como las comunas con más de estos locales por habitante.
Más atrás aparecen Independencia (626), Cerro Navia (646) y Pedro Aguirre Cerda (658).
En Alhué ocurre, además, otro fenómeno. Según cifras del Ministerio de Economía, en la comuna no hay farmacias y el único lugar de venta de estos productos está a 68 kilómetros de distancia, en Melipilla.
A pasos del municipio de Alhué, por calle 21 de Mayo, Gabriel Huerta, dueño del negocio "Lissette", sostiene que "aquí no hay delincuencia ni se ven curados botados por la calle, pero el consumo de bebidas alcohólicas es tema. En estas dos cuadras a la redonda tienes siete tipos de locales que venden tragos".
Uno de estos, la botillería "Voy y vuelvo", pertenece a Tito Valenzuela, quien comenta que "esto es legal. La gente compra y, si no existiéramos, aparecerían los negocios clandestinos".
DOS EXTREMOS COMUNALES
Mientras Alhué, Quinta Normal, Estación Central y La Cisterna encabezan la relación entre menor población y estos puntos de venta, en el otro extremo aparecen Lo Barnechea (16.205), Las Condes (6.020) y Vitacura (5.613), como las zonas con mayor cantidad de personas por punto de venta.
En Quinta Normal funcionan 207 botillerías. La encargada de patentes del municipio, Patricia Aránguiz, asegura que "hace años que no se entregan nuevos permisos. Al contrario, hay muchas restricciones, pero a mediados de los 80 esta comuna cedió terrenos a Estación Central y Lo Prado, y la mayor parte de las botillerías quedó en nuestro espacio. Eso explica nuestra alta densidad".
Por su parte, Rodrigo Delgado, alcalde de Estación Central, afirma que hemos "reforzado la fiscalización para reducirla (la cantidad de botillerías), pero, desgraciadamente, esto se ha arrastrado por años, aunque lo vital es un cambio cultural y que la gente modere su consumo de alcohol".
En el otro extremo de esta situación, Raúl Torrealba, alcalde de Vitacura -donde declaran tener 15 botillerías- afirma que "la gente debe ordenarse en sus compras de alcohol, igual que lo hace con las frutas en la feria. No se puede pensar en tener una botillería en cada esquina, como si fueran farmacias de emergencia".
MARCO LEGAL
El marco normativo para la venta de alcohol en las comunas es la Ley 19.925, cuyo artículo séptimo establece que, cada tres años, el intendente metropolitano deberá fijar, en base a un informe de los mismos alcaldes, el número de patentes que se otorgará por comuna.
La norma especifica que "las patentes indicadas en las letras A (botillerías), E (bares y pubs), F (expendios de cerveza o sidra) y H (minimercados) no podrán exceder la proporción de un establecimiento por cada 600 habitantes".
De acuerdo con esta norma, antes del próximo 1 de junio, el intendente José Antonio Peribonio deberá firmar la resolución que fija las patentes, hasta 2016: "Debe haber un equilibrio entre los derechos de los habitantes y la libertad de comercio. Pero los vecinos nos han señalado que las botillerías son fuente de conflictos en su entorno. Y es evidente que hay demasiadas. Tenemos comunas con más botillerías que farmacias, y eso no puede ser", manifiesta la autoridad.
Según sostienen fuentes de los municipios consultados, los departamentos jurídicos de las reparticiones tienen dificultades para clausurar los puntos de venta que existían desde antes de la modificación a la Ley de Alcoholes, ocurrida en 2004. Esto, salvo que sus propietarios cometan faltas o que finalicen sus actividades por decisión propia, dicen estas fuentes.
Estas añaden que este es el motivo por el cual, en algunas comunas, hay más botillerías operando de las que autoriza la norma. En 2010, por ejemplo, a Alhué (donde hay 15 de estos locales) se le dieron dos cupos en base a su población, y a Santiago Centro (donde hay 436 botillerías) se le otorgaron 75.
El intendente Peribonio sostuvo ayer que, a un mes y medio del término del plazo para firmar la resolución que fija las patentes de alcohol, por un nuevo período de tres años, apenas un 10% de los municipios ha enviado sus registros. "Vamos a analizar otros caminos legales para esta situación de las botillerías", advirtió.
INSEGURIDAD
Francisca Florenzano, directora del Servicio Nacional para la Prevención del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), considera que el tema es delicado: "No se puede prohibir la venta de esta sustancia legal, pero sí racionalizarla y regularla mejor. Los alcaldes debieran tener una planificación comunal más estricta, porque la evidencia internacional da cuenta de que la presencia de estos establecimientos influye en ciertos problemas de grupos vulnerables, como los jóvenes".
Por otra parte, según Carabineros, las faltas por ebriedad o consumo de alcohol en la vía pública generan una sensación de inseguridad entre la población. Las estadísticas de 2012 del Departamento de Análisis Criminal de la policía uniformada, establece que en Alhué, por ejemplo, el año pasado hubo 123 procedimientos por estas faltas. Mientras, Santiago Centro registró 14.293 y La Florida 5.787.