Alicia Keys (32) ha dicho que el chispazo vino tras leer una crónica sobre su música, la que contenía dos palabras que, aplicadas en una persona, simbolizan pasión, fulgor y energía en pleno estallido: on fire (en llamas). A partir de ahí, bautizó su último disco como Girl on fire (2012), entrega que extiende su receta de pop, soul y R&B, y por sobre todo, sus habilidades como pianista y un registro que la sitúa entre las voces más dotadas de su generación. Efectivamente, Alicia Keys volvía en llamas.
Bajo esa combustión artística que también la ha convertido en una de las figuras más rentables del circuito estadounidense, la cantante ya cerró su primer show en Chile: será el lunes 23 de septiembre en Movistar Arena, según confirma la productora Freetime y como parte de una gira regional armada a partir de su paso por el Festival Rock in Río.
Un recorrido que, además, es parte de su actual gira, Set the world on fire tour, la que inició el 7 de marzo, en Seattle. Ahí, Keys ha mostrado las bondades del espectáculo con que arribará a la capital: una presentación que promedia los 22 temas y que hermana las composiciones de su último trabajo junto a los éxitos con los que fraguó su prestigio a principios de siglo, como Fallin, You don't know my name o If I ain''t got you. Además, monta una vistosa puesta en escena, que incluye escaleras, pantallas, pasarelas, un nutrido cuerpo de baile y un dúo virtual con Jay-Z en Empire state of mind, hit que interpretaron juntos. A modo de paralelo, la oferta será muy similar a la ofrecida por Beyoncé en ese concierto de 2010 en el mismo sitio.
Premios y millones
Toda una estructura acorde con sus exigencias bajo los focos. Para su fecha santiaguina, la artista arribará en vuelo privado y junto a su familia, integrada por su esposo, el productor y rapero Swizz Beatz, y el hijo de ambos, Egypt (2). Todos alojarán en la suite presidencial de un hotel a definir. Al clan lo secundará un equipo de 48 profesionales y seis guardaespaldas. Además, Keys solicitó dos pianos para su estadía: uno de pequeñas dimensiones para ensayar en su hotel y otro para su camarín. Las entradas salen a la venta este viernes.
Pero si de cifras se trata, sus registros tienen números más apabullantes. Con inicio artístico a los 16 años, la también productora ha ganado 14 premios Grammy, ha vendido 35 millones de álbumes y en 2010, Billboard la situó en el primer lugar de los 100 artistas de R&B más importantes de los 2000. Su primeros golpes a la cátedra fueron Songs in A mirror (2001) y The Diary of Alicia Keys (2003), donde consolidó un estilo operativo que incluía el trabajo de casi una decena de productores sobre las composiciones. Entre ellos, Timbaland y Kanye West.
En su última entrega, el ejercicio es el mismo. Los 13 temas fueron diseñados por un amplio equipo que incluyó a Salaam Remi -el mentor de Amy Winehouse- y el cantautor John Legend. En sincronía con su última producción, la cantautora contó con varias vitrinas de impacto masivo. El 3 de febrero, en la obertura del Super Bowl, interpretó el himno de su país, rol antes asignado a estrellas como Whitney Houston o Beyoncé.
Un par de días más tarde, el 10 de ese mismo mes, se subió al escenario de los premios Grammy para interpretar junto a Maroon 5 un trozo de su single Girl on fire. El mismo donde, en clara descripción autorreferente, canta: "Parece una chica/ pero es una llama tan brillante/ que podría quemarte los ojos". Está claro: durante 2013 y en la previa de su primera vez por Santiago, Alicia Keys está en llamas.