Los deslizamientos de tierra producidos por las incesantes lluvias, que desde hace varios días caen sobre el sur de Italia, amenazan con sepultar a dos pueblos, los que han tenido que ser completamente evacuados.
A los habitantes de Maierato, en la región sureña de Calabria, y de San Fratello, en Sicilia, sólo les queda esperar que las lluvias se detengan y sus viviendas puedan salvarse de los imparables aludes de barro y piedras que asolan la región.
Ayer cerca de unos doscientos ciudadanos de Maierato tuvieron que ser evacuados cuando se desmoronó parte de la montaña sobre la que se erige el pueblo y hoy, toda la población de cerca de 2.300 personas, fue obligada a dejar sus casas ante el inminente peligro.
El alcalde de Maierato, Sergio Rizzo, definió como "apocalíptico" lo que le ocurre al pueblo, mientras que sus paisanos buscan cobijo en los palacios de deporte y cuarteles que se han puesto a su disposición. Mientras, la Cruz Roja italiana ha organizado un hospital y una cocina de campo para asistir a los evacuados.
Por su parte, está el pueblo siciliano de San Fratello -situado en las laderas del monte Nebrodi- donde 2 mil personas, la mitad de la población del pueblo, han tenido que ser desalojadas, ya que los desprendimientos han levantado las carreteras y destrozado las casas.
El presidente regional, Raffaele Lombardo, decretó hoy el estado de catástrofe en gran parte de la provincia de Messina, sobre toda la zona dominada por el monte Nebrodi.
Según la asociación de agricultores italianos Coldiretti, el 84 por ciento de los lugares en torno a Messina se encuentran en territorio amenazado por aludes, y en Calabria es casi el 100 por cien. El pasado octubre, un alud provocado por las fuertes lluvias mató a 37 personas en el sur de la región.