Carreras más cortas, aranceles accesibles y buena proyección laboral son las razones que han ayudado a que la educación superior técnica haya tenido un crecimiento sostenido durante los últimos 10 años, superando incluso, desde 2015, a la cantidad de titulados en la educación universitaria.
Pero en algunos programas académicos de centros de formación técnica (CFT) e institutos profesionales (IP) los aranceles alcanzan precios similares o incluso mayores a los de carreras universitarias.
Sin embargo, que una carrera tenga un precio más elevado no necesariamente significa que tenga una mejor proyección laboral.
De hecho, según datos obtenidos del portal Mifuturo, del Ministerio de Educación (Mineduc), las carreras técnicas más costosas tienen una empleabilidad cercana al 51%. Es decir, sólo la mitad de los estudiantes de esos programas encuentran trabajo durante el primer año después de titularse. Esta cifra dista mucho de la realidad de otras carreras técnicas, donde la empleabilidad alcanza hasta el 70% durante el primer año.
La carrera que lidera la lista es Administración de Artes Culinarias y Servicios, con un costo anual de $ 3.742.663 en el Instituto Internacional de Artes Culinarias y Servicios, mejor conocido como Culinary. El programa académico dura cuatro años y sus alumnos egresan con un título de educación superior.
La carrera que le sigue en mayor costo de arancel es Intérprete Instrumental, Musical y Especialista, en la Escuela Moderna de Música, que cobra a sus alumnos $3.742.663 al año y cuya empleabilidad es de 41%.
La rectora de la institución, Vivien Wurman, señaló que en la malla de la carrera se incorporan asignaturas en que se trabaja individualmente con el profesor. Además, destacó que la institución cuenta con una alta inversión en infraestructura especializada. "La malla considera la práctica profesional permanente en los teatros de la institución, equipados con alta tecnología de audio, sonido e iluminación".
Respecto de la empleabilidad, explicó que las carreras relacionadas con el arte y la música "se miden con factores de empleabilidad diferentes y más complejos de dimensionar que una carrera tradicional. En nuestro caso, cerca del 100% de nuestros titulados viven de lo que estudiaron".
En tercer lugar se ubica Fotografía Profesional en el IP Arcos, con un arancel que alcanza los $ 2.931.000 anuales y una empleabilidad de 36%, que está entre las más bajas para este tipo de programas académicos.
¿Se justifican los costos?
El experto y director de Acción Educar, Raúl Figueroa, señala que se trata en su mayoría de carreras que impartirlas implica un mayor costo. "Son programas como gastronomía, que en general tienen menos alumnos por profesor, y otros factores que implican una estructura de costos más alta. Por ese lado, uno podría entender que sus aranceles sean elevados".
Figueroa advierte que los jóvenes que estudian estas carreras "deben tener claro que tienen un campo laboral más estrecho y que las posibilidades de recuperar lo que han pagado por sus aranceles es menor".
Por eso, enfatiza que es importante que los estudiantes cuenten con la información necesaria antes de tomar la decisión de ingresar, y también que haya una relación entre el sector productivo y las instituciones técnicas.
Iván Salinas, académico de la U. de Chile, señaló que "en un sistema tan liberalizado como el chileno, cualquier precio se justifica eventualmente, pues no depende de algún criterio compartido sobre las áreas prioritarias o de relevancia social". Aseguró que una carrera con alta empleabilidad "podría ser una prioridad para un modelo de crecimiento racional de su oferta. Pero en Chile esa racionalidad definitivamente no forma parte del diseño de la educación superior".