Los alumnos de liceos son los que más tiempo dedican a la preparación de la PSU: un tercio estudia más de dos horas, esto es el doble que los alumnos de colegios subvencionados o privados. Un hecho que se explicaría porque los primeros tienen menos acceso a preparación externa y deben prepararse más por su cuenta.

Menos de la mitad recurre a preuniversitarios o profesores particulares, mientras más del 75% de los estudiantes de colegios privados asiste a preuniversitarios o profesores particulares. Ello, pese a que el número de estudiantes de colegios públicos que recurre a los preuniversitarios ha ido en alza. En 2006, eran poco más de tres mil los matriculados en el Preuniversitario Pedro de Valdivia, según estadísticas de dicha institución. Y para este año, son más de cinco mil.

Cinco carreras se llevan las preferencias de la mayoría de los jóvenes: Ingeniería Civil, Medicina, Psicología, Derecho y Odontología. Entre los alumnos de liceos emerge como alternativa también Enfermería y entre los de colegios particulares, lo hace Ingeniería Comercial. Sin embargo, un número igualmente alto, cerca del 40% de los escolares, afirma preparar "poco y nada" la PSU.

ALTAS EXPECTATIVAS
Así se declara, por ejemplo, un tercio de quienes pretenden estudiar Medicina, mientras que la mitad de los alumnos que quieren estudiar Ingeniería Civil tiene notas que no superan el 5,9 en la enseñanza media. La sicóloga del preuniversitario Pedro de Valdivia, Virginia Seyler, señala que las altas expectativas son normales en la adolescencia. "La omnipotencia es típica de ese período. Ellos piensan que lo que le pasa al resto, no les va a pasar. Así, si no estudian, no creen que les vaya a ir mal. Pero, a medida que ven cómo les va en los ensayos, ellos mismos van bajando las expectativas", asegura.

El 35% de los alumnos de colegios particulares se iría a un plantel no tradicional si no le alcanza el puntaje. Se trata, en su mayoría, de alumnos de rendimiento no destacado: casi el 80% de los estudiantes de colegios particulares con promedio de notas inferior a 5,9 prefiere irse a una institución privada. Mientras esta opción es seguida sólo por un 20% de los alumnos de colegios subvencionados o municipales. Éstos últimos son quienes, en mayor medida (más del 60%), volverían a prepararse para la PSU de no quedar en la universidad y carrera originalmente elegida.

Los estudiantes de liceos son los más indecisos. El 45% no ha elegido universidad y un tercio no tiene decidido qué estudiar, mientras que aproximadamente el 20% de los escolares de colegios particulares está en esa incertidumbre. Un fenómeno que tiene que ver con el acceso a la información, ya que los primeros, en su mayoría, son estudiantes que no tienen padres universitarios. La principal fuente de información para ellos sobre los planteles es internet (cercano al 40%), mientras que los estudiantes de más ingresos se informan principalmente por el colegio y familiares o amigos.

La acreditación es el principal atributo de prestigio. El 63% lo nombra como el más importante indicador de prestigio, seguido por la alta empleabilidad de sus egresados (clave para el 48%) y de un gran número de docentes con posgrado (43% de menciones). Pero hay algunos matices. Los alumnos municipales valoran más las posibilidades de encontrar empleo (el 55% lo mencionó como una característica, contra el 46% de los alumnos particulares), mientras que los de colegios subvencionados son los que más importancia le dan a que los profesores  sean conocidos: el 15% lo resalta como un hecho de prestigio, contra menos del 10% de los otros alumnos.

CÓMO ENFRENTAR LOS MESES RESTANTES

- Optimizar el tiempo restante para el estudio. Lo primero es hacer una revisión de lo que se lleva estudiado y de lo que falta, para luego planificar cómo se organizará el trabajo restante. Se puede fijar una cierta cantidad de horas al día o dividir el temario en el tiempo. 

- Normalizar la ansiedad. Para ello, hay que entender que es normal tener cierto nerviosismo y reconocer las salidas prácticas a los problemas para que éstos no se conviertan en fantasías catastróficas, explica la sicóloga del preuniversitario Pedro de Valdivia, Virginia Seyler. 

- El rol de los padres debe ser de apoyo y no de control o juicios. Más que estar preguntando cuánto se estudió, los adultos debieran consultar, de manera propositiva, si el adolescente necesita apoyo, si siente que avanza, dice la experta del Pedro de Valdivia.