Bien similar a la historia de Burmann es la de Adrián Alvarado (25). Incluye también un positivo en España y carreras en Chile estando suspendido (en su caso, por la Selección).
En la Santikutz Klasica, en mayo de 2014, el chileno arrojó EPO. Después de eso, el pedalero volvió a Chile y nadie se dio por enterado de su suspensión por dos años: disputó pruebas en Chile y hasta integró la Selección en Vuelta a Río Grande do Sul; Vuelta a México y el Panamericano, todos en 2015.
En esa época era secretario de la Fecichile Fernando Alvarado, hermano del ciclista.
En esos equipos estaban también Carlos Oyarzun y Wolfgang Burmann.
"Seguí compitiendo, porque de ese caso no me avisaron. A mí me notificaron el 18 de septiembre (2015), ahí supe que la UCI me había notificado", asegura hoy Alvarado, quien en 2015 sufrió una caída entrenando en España que lo tuvo en coma inducido.
Hoy, con el castigo cumplido, el ciclista retomó las competencias. De hecho, ayer cubrió la primera etapa de la Vuelta a Chiloé, donde es líder de la general de montaña.
Su nombre había surgido con preocupación hace unas semanas, cuando fue elegido para trabajar en el CER Iniciante (con niños) en Los Lagos, labor que no fructificó por la alerta enviada por la Comisión Nacional de Control de Dopaje. Alvarado asegura que "no asumí, porque no me daba el tiempo".