El lunes, la Presidenta Michelle Bachelet suspendió un viaje a Venezuela para convocar de urgencia a sus ministros políticos a Cerro Castillo a un inusual encuentro. También asistió el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, justo en momentos en que la reforma educacional navega por aguas agitadas. Antes de que se desate la tormenta, la Mandataria decidió poner orden interno al debate y retomar el relato de su segundo gobierno, cuyo eje central son las reformas estructurales. El sustento de esas reformas está en la Nueva Mayoría, cuyos objetivos y destino fueron puestos en duda en la misma semana. Sin ir más lejos, el nuevo consejero nacional DC, Gutenberg Martínez, dijo que el acuerdo político y programático tiene "fecha de vencimiento", mientras que las dirigencias partidarias creen que su permanencia es clave para conseguir la anhelada sucesión de Bachelet. El vocero de gobierno, Alvaro Elizalde, defiende la necesidad de darle continuidad a la Nueva Mayoría, pero antes, dice, el objetivo es cumplir con las reformas comprometidas dentro de los cuatro años de gobierno.
La Presidenta canceló un viaje comprometido a Venezuela para reunirse con su comité político en Cerro Castillo... ¿Cuál es la señal que se buscaba dar tras la cita?
La Presidenta Bachelet, que es quien define las prioridades del gobierno, convocó a esta reunión porque producto de su agenda, para una jornada que se debía extender durante todo el día, ella podía sólo hacerlo ese día martes. Y fue una reunión de trabajo donde se ratifica el compromiso del gobierno de llevar adelante esta reforma. ¿En que consistió? Básicamente se hizo una revisión exhaustiva de los compromisos del 21 de mayo y también se abordaron la planificación y el itinerario de la agenda legislativa del segundo semestre.
Tras este encuentro se planteó que el gobierno y la Nueva Mayoría debían retomar su relato en relación a las reformas, en particular en el ámbito educacional. ¿Por qué cree que se perdió ese relato?
No creo que se haya perdido el relato, el motivo de todas las reformas que están incorporadas en el gobierno de la Presidenta Bachelet es claro. Ahora, cuestión distinta es que todo proceso de reforma tiene sus complejidades, en primer lugar, porque hay sectores que se oponen al cambio y pretenden infundir falsos temores respecto de lo que estas transformaciones representan. La experiencia en esta materia es larga, no olvide que cuando el Presidente Aylwin llevó adelante la reforma tributaria, a principios de los 90, donde se señaló algo similar a lo que se señalaba a propósito de la reforma que está impulsando el ministro Arenas. Que esta reforma tributaria va a generar desempleo, crisis económica e inflación, y ocurrió todo lo contrario. Y voy a dar otro ejemplo, cuando se lleva adelante la reforma del Auge, siendo Presidente Ricardo Lagos y ministra de Salud la actual Presidenta Bachelet, también se señaló que esta era una reforma que iba a empeorar los estándares de salud en nuestro país y se generó incertidumbre; la ciudadanía no tenía pleno conocimiento de lo que representaba. No obstante, una vez que se llevó adelante todo el mundo la valora y hoy día prácticamente no hay ningún sector que cuestione el salto cualitativo que representó en la salud chilena el Auge. Y con esta reforma se están produciendo fenómenos similares.
Hay quienes atribuyen esta baja valoración pública de las reformas a un problema comunicacional del gobierno...
Estas son reformas complejas, son reformas difíciles, pero son reformas necesarias e imprescindibles. Tienen las complejidades propias de la dinámica política, por un lado, y también de las definiciones técnicas para que los instrumentos que contiene esta reforma sean los más adecuados precisamente para obtener los objetivos deseados, esto es que la educación sea un derecho y no un bien de consumo, pero que, además, tenga calidad sin importar el nivel socioeconómico.
¿No hay una autocrítica del gobierno respecto de cómo se han manejado comunicacional y políticamente las reformas tributaria y educacional?
Yo diría que cuando se impulsan reformas hay distintas etapas. La primera es cuando una determinada sociedad toma conciencia de la necesidad de llevar adelante ciertos cambios. Hay una segunda etapa, cuando se empiezan a desplegar las reformas, lo que implica necesariamente iniciar un debate político. Lamentablemente, hay sectores que actúan bajo la lógica de trincheras y que no participan del debate, sino que más bien de un verdadero combate, lo que a nosotros nos parece inadecuado. Y por otro lado, cuando se ingresa a la definición de política pública, es decir a la discusión más bien técnica, se genera esta sensación de temores en ciertos sectores de la sociedad respecto de los cambios. Pero el gobierno tiene la convicción de que una vez que esta reforma se haya desplegado va a tener un impacto positivo en la educación chilena y todos estos temores se van a desvanecer, porque son infundados.
Entonces, ¿no ha percibido opiniones críticas de la Nueva Mayoría respecto del manejo comunicacional del gobierno?
Respecto a lo que usted hace referencia, siempre hay que hacerse cargo de todas las críticas que se formulan, porque es parte de la democracia, por lo que hay que tener buena disposición respecto de lo que son críticas constructivas.
¿Está de acuerdo con que se debe hacer un rediseño de la reforma educacional, como lo han planteado dirigentes oficialistas?
Los principios de la reforma son claros, son compartidos por todos los partidos de la Nueva Mayoría y están contenidos en el programa de gobierno. Las definiciones de carácter técnico vinculados a cómo se implementa la reforma para conseguir esos objetivos forman parte del debate democrático que se tiene que desarrollar no sólo dentro de la Nueva Mayoría, sino que también en el Parlamento.
¿Le parece legítimo el deseo de algunos partidos, como la DC, de imponer en la tramitación de las reformas del gobierno un sello, una impronta, una identidad propia?
Es que yo distinguiría. Los partidos de la Nueva Mayoría están comprometidos con el programa de gobierno y así se ha expresado en cada una de las votaciones que se han desarrollado en el Parlamento, donde los diputados han respaldado todas las iniciativas del gobierno. Independientemente de lo anterior, nosotros hemos hecho en general siempre un llamado a cuidar el lenguaje para no generar la falsa imagen de que tenemos mayores diferencias de las que realmente existen.
En la junta nacional DC se repetía una frase: lealtad al gobierno, pero no incondicionalidad...
Creo que este no es un problema de declaraciones más, declaraciones menos, ni un tema semántico. Lo importante es cuál es la conducta que tienen los partidos políticos y particularmente los parlamentarios.
La conducta de los partidos tiene directa relación con su pertenencia a un bloque..., justamente se generó un debate respecto del futuro de la Nueva Mayoría... Gutenberg Martínez le puso "fecha de vencimiento"...
Los principios de la Nueva Mayoría no tienen fecha de vencimiento, porque la construcción de un país con mayores grados de cohesión e inclusión social son una tarea permanente, no obstante los compromisos contenidos dentro del programa de gobierno deben cumplirse dentro del mandato.
Eso implica el objetivo de materializar una continuidad en el gobierno y pensar en la sucesión de Michelle Bachelet...
Es natural que un gobierno de un determinado signo aspire a que un nuevo gobierno profundice sus proyectos, pero eso no puede significar en ninguna circunstancia que adelantemos definiciones, por ejemplo, en el marco presidencial. La forma de garantizar esa continuidad es que hoy hagamos bien nuestro trabajo.
¿Fue correcto que la ministra Rincón planteara en la junta DC el tema presidencial, abriendo un debate que el propio gobierno prefiere más bien congelar?
No existe contradicción entre la definición del gobierno con el discurso pronunciado por la ministra Rincón, porque ella hizo referencia a un tema muy específico, que es el legitimo derecho de los partidos políticos, y en particular de su partido, de competir en la elección presidencial de 2017. Eso no significa bajo ninguna circunstancia adelantar una definición presidencial y la ministra Rincón, al igual que todo el gabinete, estamos concentrados en hacer bien nuestro trabajo para llevar adelante el programa de gobierno.