Por un segundo, Alvaro Henríquez (45), vestido de negro impecable y en un estudio de grabación situado en Ñuñoa, observa su presente y opta por rebautizar a su banda madre: "Ahora somos los proto Tres". La nueva denominación apunta a la prehistoria del conjunto, en la antesala de la fama, cuando recorrían las peñas y bares penquistas reversionando himnos rocanroleros de Chuck Berry o Gene Vincent: los días ochenteros en que el conjunto se reducía a sólo dos integrantes, el núcleo fundador que formaba junto al bajista Roberto "Titae" Lindl.
Tal como ahora. Porque, desde hace poco más de un año, Los Tres han vuelto a ser dos, los mismos del Big Bang que comenzó todo, luego que el histórico guitarrista Angel Parra decidiera renunciar a sus filas a fines de 2013. Tras ello, y pese a contar con otros músicos que han llenado las vacantes, Henríquez y Lindl han escogido explotar una nueva era casi como una suerte de dupla, de sobrevivientes de la mayor institución del rock chileno de los 90.
"Estamos en un período que tiene que ver con la razón por la que empezamos a hacer música: para hacernos millonarios (se ríe). No, más bien, guarda relación con ser un grupo más simple, ejercer el gusto por ese rock and roll que nos encantó toda la vida, que nos inspiró siempre. Es eso: quedamos dos, los dos que empezamos en esto, y los que seguimos acá", contabiliza en cantante en torno a una etapa inaugurada a principios de 2014, cuando lanzaron el polémico single Hey hey hey, y que revive hoy, cuando su nuevo sencillo, Quizás con quién, empiece a sonar en radios.
¿Cambió mucho el sonido de la banda sin Parra?
Se nota la diferencia. Hay un lenguaje más directo que me lleva a esa época. Cuando estaba él, había que hablar mucho más las cosas, había que ponerse mucho más de acuerdo en algunos aspectos de la grabación. Una canción sencilla se empezaba a complicar con muchas notas e iba por un lado que yo no quería. Ahora es: hagamos solos más breves, con menos notas...
¿Diría que son un grupo distinto?
Más bien, hoy Los Tres se acercan más a lo que yo siempre quise: una banda más clara y precisa. Pero no quiero desconocer el trabajo de Angel o el mismo Pancho (Molina). Pero sobre todo Angel. Le deseo lo mejor, es muy talentoso, fue un gran amigo, pero hubo un momento en que teníamos que separarnos. Pero él le puso alma a Los Tres, como todos nosotros.
¿Le dolió cuando decidió irse?
No, porque era necesario para él y para nosotros. Me sentí contento por él, y también por mi, fue un alivio para ambos. El último período fue muy largo y tedioso, por lo que existió harto pesar, pero también un sentir de liberación. Nunca más tuve contacto con él.
¿No hubo opción de algún show de despedida?
No, nada. No hubiera sido real. No nos merecíamos algo así, esa parafernalia de "ay, adiós Angel, te vamos a extrañar", y pasarle flores y ponerse a llorar. No somos de esa onda. Somos caballeros y todo queda entre nosotros.
¿Extraña algo de su aporte al grupo?
Sí, los chistes, las tallas, tiene un gran sentido del humor. A veces me acuerdo y me da mucha risa. Tengo muy buenos recuerdos, pero prefiero quedarme con eso antes de andar pensando: "qué será de él, lo extraño, me encantaría verlo".
En su show en el último Festival de Viña, usted cantó Amigo, de Roberto Carlos, a poco meses de la partida de Parra. ¿Era un mensaje hacia él?
No, era sólo una canción que me gustaba mucho, y que tiene que ver más con Titae que con Angel. Es curioso que la gente lo haya interpretado de esa forma. El impulso fue otro: los dos amigos que van quedando en esta banda.
Y los dos que van quedando han editado hasta ahora igual número de canciones. Primero fue Hey hey hey, esa composición con timbre blusero y guitarras más gruesas que, debido a una letra que retrataba la venganza de un marido celoso y un video que mostraba la reacción virulenta contra su esposa, fue criticada por el Servicio Nacional de la Mujer, entre otras entidades, por "naturalizar el femicidio y la violencia contra la mujer".
Ahora, casi como una exacta contraparte, el nuevo single es una balada más melancólica, sustentada en guitarras, mellotron y un set de cuerdas, con un crescendo que recuerda a la antigua canción romántica italiana y la historia de un hombre que se queda solo, pero sin hambre de represalia: simplemente se resigna al cantar "ya entendí que tal vez no me quieras/ ya entendí que tal vez no me esperas/ahora vendrá todo el desenfreno/ y luego otra vez la soledad".
Además, todo bajo la colaboración de Emmanuel del Real y Joselo Rangel, miembros de Café Tacvba que llegaron en diciembre a grabar sus partes a Estudios del Sur.
¿Tiene algo de autobiografía la canción?
Siempre hay algo autobiográfico, pero no es literal. Tiene que ver con cuando te rompen el corazón y luego esperas que todo mejore. Es una pena resignada, de aceptación, quizás de un amor más maduro. La trabajé mucho tiempo, le di muchas vueltas, hasta que salió.
¿Había una intención de retomar su costado más melancólico?
Más que uno quiera o no, mi idea era mantenerme verdadero. Lo que yo quería hacer. No quería ser como un estudiante de arte y decir: "Este tema debe ser más intelectual, con más arreglos por aquí, con más efectos por acá, para que suene más moderno". No, para nada. Además, quería darme el lujo de incluir cuerdas en un single, nunca lo habíamos hecho. Pensé también en el verano: ¿qué pasa si alguien rompe su relación en esta fecha, cuando todo es playa, calor y una cosa media cadenciosa? Bueno, este puede ser un soundtrack.
Tomando en cuenta lo personal de la letra y la canción, ¿siempre pensó en incluir a integrantes de Café Tacvba?
Para mí ellos es como sí fuéramos todos de una misma banda. Se dio la casualidad que andaban en Chile de concierto y los invitamos al estudio. Fueron de inmediato, era la manera de juntarnos. Y si, siempre pensé que ellos podían aportar. Pero no sólo por su calidad como músicos, que es indiscutible, sino que por las personas que son. O sea, sentí que ellos debían estar aquí. Quería ver cómo sonaban y tanto el mellotron de Meme y la guitarra de Joselo, al final y con un toque más sucio, quedaron muy bien.
Es muy distinta además al carácter más fiero, en letra y música , de Hey hey hey
Claro, porque ese tema estuvo muy influenciado por las historias de mi papá, que era juez, por el mundo al que accedí a través de él. Relatos así vi muchos. O sea, los sábados en vez de llevarme a tomar helados, lo acompañaba a la cárcel. De ahí saqué muchas cosas y era natural conocer esos personajes: un tipo que mata de un escopetazo a su señora sólo porque cometió la "osadía" de irse con otro. Para mí era normal hasta hablarlo.
¿Le sorprendió la polémica que generó?
Si, estaba en Perú y de pronto me empiezan a llegar mails, porque no tengo Facebook ni Twitter. Tuve un Facebook que me hizo un amigo, pero de los cinco amigos que tenía, al segundo día ya me quería deshacer de cuatro. Eso de mostrar las fotos de la familia y todo no me gustó ni lo entendí. Pero, en fin, supe por los correos y encontré que era: "yaaaa, no te puedo creer". Sobre todo cuando habló la ministra. Si es por eso, también deberían llevarse preso a Muddy Waters o Nick Cave, que han cantado de lo mismo.
¿Se arrepiente del video, por ejemplo?
Para nada, creo que hasta fue efectivo poner el tema sobre la mesa. Además, me parecía último que algunos espacios de farándula pusieran el video, me acusaran de femicidio y después pusieran el culo de una modelo o se pusieran a analizar su cuerpo. Eso no resistía análisis.
Otra polémica reciente fue cuando dijo que nunca le habían gustado Los Bunkers, aunque los produjo y alguna vez los presentó como "la mejor banda de Chile".
Bueno, uno puede cambiar de opinión, ¿no? Uno puede llegar a un punto de decir de una banda: en realidad, no era para tanto, parece. Eso pasó ahí. Nada más. Además, simplemente ejercí mi derecho a decir sí algo me gusta o no. Si alguien me dice que no le gustan Los Tres ahora, o que le dejaron de gustar, está todo bien, no me voy a ofender ni voy a salir a defender mi grupo.
¿Le gusta algo de la actual música chilena?
Si, hay muchas cosas, como Niño Cohete, Primavera de Praga o Dënver, que los encuentro increíbles. Me gustan mucho, tienen un tremendo talento para hacer canciones. Además, me parece que hacen música muy genuina, de mucho cuidado. Y también son de provincia, como nosotros.
Después de más de 20 años de carrera, ¿puede haber tedio al cantar tantas veces He barrido el sol o Amor violento?
No, me pasa todo lo contrario: somos el mejor grupo de covers de Los Tres. Cuando uno canta esos temas, es una gran oportunidad para hacerla mejor, para darle otro aire. Además, es una obligación con el público, es como si Los Jaivas no tocaran Todos juntos. Para mi, esta sigue siendo la mejor pega del mundo.