El propio Álvaro Henríquez lo sintió en pleno 1997, cuando recién daba cuerpo a lo que sería el quinto álbum de Los Tres: Fome era hasta ese entonces lo mejor que había hecho el grupo. Y 20 años más tarde lo volvió a experimentar, ya muy lejos del estudio de grabación, en estas mismas páginas a principios de julio, cuando no titubeó ni un solo segundo: según sus palabras, ese disco le puede competir sin complejos a los mejores del mundo.

Por eso, el festejo por las dos décadas desde su estreno debía estar a la altura. A mediados de junio, el cantante contactó a sus dos ex compañeros de banda, el guitarrista Angel Parra y el baterista Francisco "Pancho" Molina, bajo el propósito de celebrar el aniversario junto al núcleo histórico del conjunto, el que completa el bajista Roberto "Titae" Lindl.

Su plan era revivir de modo íntegro el título que tiene éxitos como Bolsa de mareo, Olor a gas, Me arrendé o La torre de Babel, en un principio con un show para noviembre en un recinto capitalino, para después continuar con una gira local (plazos que hoy se manejan como tentativos).

Amores incompletos

El primero en recibir su llamado fue Molina, quien en 2006 no fue parte del retorno de la agrupación, debido a desavenencias personales, aunque él mismo aclaró después que quizás no lo habían telefoneado porque en ese entonces vivía en EE.UU. y que seguía guardando cariño por sus ex camaradas. Como tal, y según distintos conocedores de las tratativas, el acercamiento fue en buenos términos y el percusionista se mostró totalmente dispuesto a participar del proyecto. De alguna manera, muchas de sus diferencias con el cantante ya estaban superadas. El tiempo también había hecho lo suyo: era la primera vez que ambos hablaban en casi 17 años, luego de la separación de los penquistas en 2000.

En tal conversación, no trataron detalles más específicos, los que se podrían resolver en los próximos días. De materializarse el espectáculo que devolverá Fome a la vida, Molina tiene un puesto casi seguro tras los tambores. Hoy el músico vive en su natal Concepción y montó un estudio para producir nuevos artistas -entre los que destaca el hiphopero JODELASE-, además de integrar la banda de Colombina Parra y promocionar su último trabajo solista, Oración >> antisocial. Con la aprobación preliminar de Molina, con ese primer reencuentro ya destrabado, Henríquez después sondeó a Parra. En rigor, sus representantes le presentaron la propuesta a la oficina que maneja la carrera del guitarrista. Pero la negativa fue casi inmediata. El nieto de Violeta Parra básicamente se mantuvo firme en su impulso de desarrollar una trayectoria en solitario y de desplegar sus inquietudes artísticas sin ser parte de una banda, tal como lo ha hecho este año con su iniciativa de revivir Las últimas composiciones (1966), el testimonio fundamental de su abuela.

Son los mismos motivos que lo hicieron renunciar a Los Tres en 2013, período en el que confesó que tal decisión se debió al agotamiento que sentía de repetir en cada concierto el repertorio del pasado, sin que se diera espacio al material más reciente.

Ante ese escenario, Henríquez proyecta las celebraciones de Fome sólo con Molina como invitado y junto a su banda habitual del último tiempo, la que, además de Titae Lindl, conforman el guitarrista Sebastián Cabib y el baterista Boris Ramírez. Pese al rechazo de Parra, la reanudación de relaciones con sus ex compañeros es algo así como la consolidación de un anhelo explícito de la voz de Déjate caer en el último tiempo, quien en algunas entrevistas ha expresado una alta estima profesional hacia ellos y ha subrayado que hoy no tendría problemas en embarcarse en iniciativas en conjunto, aunque de corte más puntual.

"Cuando me encuentro con el Ángel o con el Pancho los abrazo y les deseo lo mejor. Estaría bueno pegarse una tocatita. No sé si volvería a la dinámica de tocar juntos, de ser un grupo de nuevo. Es como ponerle onda a un muerto que ya está muerto. Los Tres eran Los Tres, y fueron eso y listo. Uno podrá tocar un par de cosas juntos, tal vez, más adelante. Tengo recuerdos imborrables y cero problema con ellos", comentaba hace poco más de un mes a La Tercera, dejando abierta la puerta para un eventual cara a cara con su tropa histórica.

Por otro lado, no será la primera vez que mire hacia el pasado para remodelar sus días de juventud. En 2011 ya hizo lo propio con las dos décadas del debut homónimo del cuarteto, para luego replicar la fórmula en la temporada pasada, para el cumpleaños del recordado unplugged que registraron para la cadena MTV. En ambos casos hubo una fecha en el Caupolicán, el correspondiente recorrido por distintas regiones, y el aplauso generalizado de los fans y de la crítica: cuando Los Tres giran hacia sus capítulos más brillantes, no hay manera de equivocarse. Un revisionismo que, a la luz de los planes actuales, se ha convertido en su mejor presente.