La altura que tendrán los hijos es una preocupación para muchos padres. Los comparan con otros niños, con los compañeros de clases y cada vez más acuden a especialistas para consultar por posibles soluciones para ganar centímetros.
"Es demasiado. Mucha gente consulta con hijos normales, y más que un problema, hay pocos casos en que el tratamiento tiene lógica", explica Hernán García Bruce, médico de la Unidad de Endocrinología de la División de Pediatría, del Hospital Clínico de la U. Católica.
El especialista fue parte del estudio Estatura final en niños con baja talla idiopática tratados con hormona de crecimiento, publicado en la Revista Chilena de Pediatría, el primero que analizó los efectos en el uso de la hormona de crecimiento en pacientes chilenos.
El trabajo abordó lo que se conoce como baja talla idiopática (TBI), que se define como una talla igual o menor a dos desviaciones estándar sin causa precisada, explica García.
Son casos que no tienen explicación de baja talla al nacer o bajo peso, ni hipertiroidismo, ni enfermedad, y ambos padres son de estatura normal. "Pero el niño crece muy bajo lo normal y con predicción de radiografía de la mano se estima que los hombres alcanzan una medida bajo el 163 centímetros y las mujeres menos de 150 centímetros".
Como solución a esa condición, en 2003 la FDA aprobó en EE.UU. el uso de la hormona de crecimiento (GH). Sin embargo, la sociedad europea aún no aprueba ese tratamiento para la baja talla idiopática, principalmente por su alto costo y probables efectos adversos metabólicos a largo plazo.
Estudios internacionales, señala la investigación, en pacientes con TBI tratados con GH, demostraron que los pacientes tenían un funcionamiento psicosocial normal y altas expectativas en cuanto al tratamiento.
Sin embargo, sus padres eran mucho más ansiosos, y reportaban que sus hijos presentaban problemas conductuales, de atención, ansiedad y depresión. Además, la mayoría de los padres mostró preocupación por el futuro de sus hijos, especialmente en cuanto a encontrar trabajo y matrimonio.
Efectos positivos
Pese a no existir consenso en el uso de GH, los estudios sí muestran un alto porcentaje de respuesta positiva (90%).
Sin embargo, explica García, no existían datos de pacientes chilenos que hayan seguido o mantenido esta terapia por un periodo mayor a un año. Un tratamiento que además, es de alto costo, entre 200 a 250 mil pesos al mes.
Para conocer la realidad en Chile, estudiaron a 47 pacientes con TBI tratados con GH entre los años 2000 y 2009.
Los resultados demuestran que el tratamiento con GH fue eficaz para incrementar la talla final es los pacientes con TBI, con un tratamiento con una duración mayor a un año.
"No es una mejoría extraordinaria, más bien modesta, por ejemplo, unos tres centímetros de ganancia en un año y medio a dos años de tratamiento", dice García.
Pero es un avance, en un escenario en que los chilenos han aumentado su estatura en las últimas décadas.
Está mejorando significativamente en los últimos 20 años, dice el experto. "Y hoy la gente se preocupa más del tema, se le da una desmedida, porque creen que todo se puede comprar. Padres que quieren que su hijo sea alto, que mida más de 1,65, que es una estatura normal y lo piden, pero no tiene sentido".
En estos tratamientos, aclara, debe primar la ética. "En esos casos nos oponemos, es sólo para niños muy bajos".