"A la gente no le está alcanzando para comer". El reclamo no es de ningún opositor argentino, sino de Antonio Caló, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), la central obrera alineada con la Casa Rosada, quien esta semana reconoció públicamente la  inquietud  en los gremios por las alzas de los precios y la devaluación del peso. Pero la creciente inflación no es un fenómeno que sólo preocupe a los argentinos. En 2013, otros países de la región también vieron dispararse este índice, con casos como el de Venezuela, que habría registrado una de las peores inflaciones del mundo, según analistas.

En medio de la desaceleración económica mostrada por Latinoamérica en los últimos meses, la inflación en la región pasó de 5,5% en 2012 a 7,2% en 2013, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). En el caso de Sudamérica, el aumento fue de 9,7%.

"La pensión está igualita y el aumento del sueldo ya se lo llevó la inflación. Comer queso y carne ahora es un lujo", se quejaba una mujer que caminaba ayer por las calles de Caracas, según publicó el diario Noticias 24. Así, el caso más preocupante es el de Venezuela, en donde la inflación del año pasado (de 56,2%) casi triplicó a la cifra de 2012 (20,1%). Aunque el director del centro de estudios Datanálisis, Luis Vicente León, aclara que los precios de los productos básicos "están regulados y son fijos", casos como el del pan, la leche y el aceite "son los que presentan mayor escasez en el mercado venezolano, lo que en términos económicos indica precio infinito", según explica a La Tercera. Así lo grafican los datos entregados a este medio por el economista venezolano de la consultora Econométrica, Henkel García, quien señala que en 2013 los rubros de mayor inflación fueron alimentos y bebidas no alcohólicas, con 73,9% interanual; restaurantes y hoteles, con 71,7%, y bebidas alcohólicas y tabaco, con 67,9%. Al respecto, el periodista venezolano Jesús Hurtado señala que desde mayo de 2013 el precio de la leche en polvo de un kilo es de 36,44  bolívares (US$ 5,8), un alza de 20% respecto del precio anterior.

En el caso de Argentina, segunda en el ranking de la inflación en América Latina, la información oficial señala que los precios aumentaron, en general, un 10,9% en 2013. La fuente es el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), cuestionado por la supuesta manipulación de los índices. En cambio, consultoras privadas ubicaron la inflación en torno del 28,38%.

La pérdida de valor de la moneda nacional pone en riesgo el programa "Precios cuidados", sellado entre el gobierno de la Presidenta Cristina Fernández, proveedores y supermercados para mantener estable el valor de los principales productos de la canasta básica argentina durante tres meses. Por esa razón, el gobierno amenazó con imponer sanciones y cerrar los lugares que aumenten el valor de los artículos que integran la lista pactada. Pero las alzas no se detienen. Según el diario porteño Clarín, los remedios subieron hasta 50%, mientras que las carnes lo hicieron en hasta un 20%. "El producto que hoy pago un peso, la próxima semana pago dos", dijo Sofía Basualdo a la agencia AP. "En este país, cuando uno olfatea que se viene la inflación, lo mejor es comprar y guardar", añadió. La situación económica se ha vuelto tan difícil que muchos han decidido emigrar. Así, la Dirección Nacional de Migraciones de Uruguay informó el domingo pasado que se habían concedido 1.645 residencias definitivas a ciudadanos argentinos en 2013,   tres veces más que en 2012. Mientras que 5.703 visas de residencias se concedieron en Chile a argentinos en 2012, según cifras de Extranjería de la PDI.

Por encima de las expectativas del mercado y la meta oficial del gobierno de Dilma Rousseff, la inflación de Brasil cerró el año pasado con un alza del 5,91%. El elevado índice representa un gran desafío para la mandataria, que planea competir por la reelección en octubre. Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, en 2013 el impacto principal provino de los alimentos y bebidas, con un alza acumulada de un 8,48%.

A medida que se acerca el Mundial de Fútbol, los habitantes de Río de Janeiro se han puesto en pie de guerra frente al descontrol de los precios a través de boicots organizados por las redes sociales. Y es que los cariocas temen que estos abusos tengan un fuerte impacto en el turismo. Por ejemplo, las caipirinhas saltaron de entre siete y 10 reales (US$ 2,9 a US$ 4,1) a entre 15 y 20 reales (US$ 6,2 y US$ 8,3). "No se trata sólo de una cuestión de inflación o del natural aumento de los precios en el verano, ahora ya estamos frente a una descarada especulación de los comerciantes", dijo al diario argentino La Nación la curadora de arte Daniela Name, quien creó la página de Facebook Rio $urreal-Não Pague, que recoge denuncias de precios abusivos en la ciudad y  ya tiene 145.000 seguidores.