Minutos antes de que la dupla arbitral diera por iniciado el encuentro entre los representativos de Santiago y Ñuñoa, por los cuartos de final de la Copa Enel 2017, los jugadores santiaguinos Nicolás Letelier y Joan Orellana saludaron afectuosamente a David Rojas y Thomas Gillier, del elenco ñuñoíno.
Es que el destino y el fútbol quisieron que los cuatro coincidieran en la ronda de los ocho mejores del campeonato de baby fútbol más importante del país, representando a comunas distintas, pero sabiendo que los une un denominador común: todos juegan en Universidad Católica.
Claro, porque mientras Letelier y Orellana militan en la sub 12 de los cruzados, Rojas y Gillier hacen lo propio, pero en la Sub 13. "Es extraño enfrentar en un partido así a compañeros de equipo, pero el fútbol es así", aseguró David, goleador de Ñuñoa. "El año pasado entrenábamos juntos, ahora los de la Sub 13 entrenamos con la Sub 14, pero igual nos conocíamos bien", recuerda Thomas, arquero del elenco ñuñoíno. "Hemos entrenado juntos, compartíamos el bus", complementó el delantero santiaguino Nicolás Letelier.
Pero tras el saludo inicial, los cuatro valores se olvidaron de la amistad, disputaron con todo cada pelota e incluso se mostraron los dientes en más de una oportunidad. "Esto es un deporte, cada uno defiende su camiseta, pero siempre en tono de fútbol, no de pelearse. Es rico que cuatro jugadores de Católica estuvieran en esta instancia", explica Thomas.
Sin embargo, sólo dos de estos amigos continúan soñando con el título y los pasajes a Italia, pues en un emocionante partido, Ñuñoa se impuso 2-1 a Santiago para asegurar un cupo entre los cuatro mejores del torneo.
"Fue un partido apretado, duro para los dos equipos, lo tuvimos para empatar y hasta ganar, pero ellos eran más grandes y nosotros estábamos regalando un año", admitió después Nicolás.
Y no deja de tener razón el talentoso delantero, pues cuando se jugaban los descuentos del segundo tiempo, Santiago tuvo la oportunidad de igualar las acciones mediante el punto penal, pero Thomas le atajó el remate a Nicolás, ahogando el grito de gol.
"Por suerte pude atajar el penal que nos permitió ganar y seguir avanzando. Nicolás es un gran jugador, pateó muy bien, pero yo también estuve bien al atajarlo", asegura el golero ñuñoíno. "Yo sabía que cuando ellos atacaban estaba Thomas y que las iba a sacar, me sentía seguro con él en el arco", complementa Diego Rojas, otro de los valores cruzados.
Es que si en algo coinciden los cadetes de la UC es que la opción de entrenar juntos en el cuadro cruzado, de conocerse más allá de la cancha y durante varios años, les ayudó a cuajar la buena actuación que realizan en la Copa Enel 2017. "Con David nos conocemos hace rato y eso nos ha servido mucho en este campeonato. Él sabe como juego y lo que voy a hacer, y yo sé cómo se va a mover y por dónde va a picar, y eso ha quedado demostrado en la copa", comenta Thomas.
Las dos caras
La felicidad del representativo de Ñuñoa por meterse en las semifinales de la Copa Enel contrastó con la tristeza de Santiago tras la derrota, un traspié que, no obstante, igual les permite irse con la cabeza en alto. "Sabíamos que éramos más chicos, pero dimos todo, no nos achicamos ante nadie", comentó Letelier.
Más allá del dolor de la derrota, Nicolás le desea suerte a Ñuñoa en lo que queda de copa, mal que mal, sus compañeros de Católica mantienen la ilusión del título. "Ojalá que ellos salgan campeones, porque el año pasado sufrieron lo que estamos sufriendo nosotros, así que tienen que darle con todo", comentó el talentoso jugador.
Y tiene razón, porque en la edición 2016 David junto a su hermano Josué, en ese entonces también jugador franjeado, disputaron junto a Lo Espejo el campeonato con 12 años, despidiéndose en octavos de final. "Sólo les puedo decir que se animen a seguir jugando, ellos pueden jugar otra vez el próximo año. Tienen que animarse porque ahí sí les puede resultar", comenta David.
Invitación de regreso que Letelier tomará, pues es enfático a la hora de señalar que "vamos a volver con todo. Queríamos ganar ahora pero este año no se nos dio, así que desde ya nos vamos a preparar para volver este otro año y ganar".
Los cuatro valores de Universidad Católica comenzaron su tránsito en la Copa Enel con el sueño de levantar la copa y ganarse los pasajes a Italia, y aunque esa ilusión se quebró para Nicolás y Joan, este cuarteto de talentosos mantiene una ilusión en común.
"Ojalá podamos llegar los cuatro al primer equipo de Universidad Católica. Sería un sueño poder jugar con ellos", reconoce Thomas, quien de todas maneras asume que "eso depende de cada uno, de cómo se concentra en el fútbol".
Y aunque las vueltas del fútbol son muchas e inciertas, lo cierto es que Universidad Católica se caracteriza por su tradición de buena cantera y parece que seguirá incrementándose, pues estos cuatro talentos bien pueden llegar a transformarse en la base de los cruzados en unos años.