El partido amistoso entre Brasil e Inglaterra de este domingo en el Estadio Maracaná prometía ser un espectáculo que paralizaría el mundo. Sin embargo, este compromiso sufrió un serio revés.
Esto porque las autoridades debieron suspender el mencionado partido entre estos dos colosos del fútbol mundial debido a que el Maracaná -remodelado para la próxima Copa Confederaciones- no ofrece las mínimas medidas de seguridad para los hinchas.
La medida fue adoptada por un tribunal de Río de Janeiro, que acogió una solicitud pese a que los boletos para este compromiso ya se habían agotado con anticipación.
Esta se basa en que no existe "hasta el momento la comprobación de que el estadio cumple los requisitos mínimos necesarios para la realización de juegos o eventos".