Amnistía Internacional (AI) acusó hoy a Israel de cometer ataques directos y deliberados, equivalentes a crímenes de guerra, contra edificios civiles en los últimos días de la guerra librada contra la Franja de Gaza el pasado agosto.
El Ejército israelí destruyó edificios de varias plantas, aseguró en su informe la organización de defensa de los derechos humanos.
En los ataques no murió nadie pero "todas las evidencias muestran que esa destrucción a gran escala fue llevada a cabo de forma deliberada y sin justificación militar", afirmó el director del Programa de AI para Cercano Oriente y el Norte de África, Philip Luther.
"Tanto los hechos sobre el terreno como las declaraciones de los portavoces del Ejército israelí indican que los ataques fueron un castigo colectivo contra el pueblo de Gaza y que estaban destinados a destruir su ya precaria subsistencia", agregó Luther.
Según AI, su informe muestra evidencias de que dichos ataques contravinieron la legislación humanitaria internacional. La organización pide además que sean investigados de forma independiente e imparcial.
"Los responsables deben ser llevados ante la justicia en procesos justos. Aquellos cuyas viviendas y (forma de) sustento quedaron destruidos de forma ilegal merecen justicia y una reparación completa", explicó Luther.
Uno de los edificios que quedaron reducidos a escombros fue el Centro Comercial Municipal de Rafah, en el que había un aparcamiento, varias oficinas, una clínica y un centro comercial. Según dijeron las autoridades israelíes a AI, una de esas oficinas habría sido utlilizada como centro de operaciones por el grupo islamista Hamas. Sin embargo, para AI esto no justifica la destrucción completa del edificio.
La última guerra de Gaza se cobró la vida de más de 2.200 palestinos, muchos de ellos civiles, y 71 israelíes. Además resultaron heridos unos 11.000 palestinos y cientos de israelíes.