Este domingo finalizó la 65ª versión del Festival de Cannes y el austriaco Michael Haneke levantó por segunda vez la Palma de Oro, gracias a su película "Amor", donde muestra de manera sobria y conmovedora el ocaso de la vida.
Haneke, que ganó su primera Palma de Oro en 2009 por "La Cinta blanca", subió al escenario acompañado por los intérpretes de "Amor", Jean-Louis Trintignant y Emmanuele Riva; agradeció al jurado del certamen liderado por el italiano Nanni Moretti, el premio a su película, una de las favoritas de los críticos.
La cinta de Haneke retrata en cambio el deterioro que acarrea la vejez, reflejando con compasión el dolor de asistir a la enfermedad de un ser amado, de observar su lento paso hacia la muerte.
Trintignant y Riva interpretan en "Amor" a un matrimonio lleno de amor y complicidades, que casi ni necesita palabras para entenderse. Pero un día todo esa vida se derrumba, por la enfermedad de ella.
Pero Haneke no filma con crueldad ese deterioro de cuerpo y mente que supone la vejez, sino con una sensibilidad estremecedora, un gran humanismo y una emoción contenida.
"Cuando se llega a una cierta edad, el sufrimiento inevitablemente te conmueve. Es todo lo que quería mostrar, nada más", dijo Haneke en una rueda de prensa en Cannes, tras la presentación de este filme austero y doloroso.
Nacido el 23 de marzo de 1942 en Múnich, Baviera, Haneke es uno de los realizadores más premiados en este Festival: no sólo se alzó con la Palma de Oro por "La cinta blanca", sino también recibió el premio a la mejor dirección por "Caché", en 2005.
Y en 2001, se alzó con el Gran Premio por "La pianista", película que le valió asimismo el premio de mejor actriz a Isabelle Huppert.
Conocido por su estilo a la vez elegante y sombrío, el cineasta austriaco realizó estudios de filosofía y psicología antes de dedicarse al cine, con el que escruta la sociedad y los dramas humanos.
En "La Cinta Blanca" retrató la sociedad que años después produciría el nazismo. En "Caché" dirigió su mirada hacia la manipulación y la culpabilidad; en "La era del lobo" (2003) enfocó el caos social, y en "La pianista" la frustración sexual.
Admirador de Abbas Kiarostami y Jean-Luc Godard, se dio a conocer como cineasta en la Quincena de los Realizadores de Cannes con "Séptimo continente" (1989), "Benny's Video" (1992) y "71 fragmentos de una cronología del azar" (1994).