Amy Winehouse murió como una "consecuencia no deliberada" del consumo excesivo de alcohol. Así lo dio a conocer la médico forense Suzanne Greenway, quien agregó que la muerte de la cantante se puede clasificar como "muerte súbita e inesperada".
Según el sitio web de la BBC, Greenway declaró que en el cuerpo de la intérprete de Back to black se encontró 416 miligramos de alcohol por cada 100 miligramos de sangre.
Además, la policía forense habría encontrado dos botellas grandes de vodka y una pequeña en el departamento de la artista.
La información indica, además, que la artista que falleció el día 23 de julio, no había consumido alcohol durante todo el mes, pero sí lo había hecho a partir del día 22, uno antes de su muerte.