La cantante británica Amy Winehouse se declaró hoy culpable de los delitos de agresión y desórdenes públicos, en relación con un altercado ocurrido en vísperas de la pasada Navidad en la localidad de Milton Keynes (sur de Inglaterra).
En su comparecencia en el juzgado, Winehouse admitió haber agredido a Richard Pound, director de un teatro de la citada localidad, durante la representación de una comedia musical navideña.
Según la acusación, la agresión ocurrió después de que Pound recriminara a la cantante haber interrumpido en estado de ebriedad la función, en la que se representaba "La Cenicienta".
La cantante de "Back To Black" fue detenida el 23 de diciembre cuando se presentó con su abogado en la comisaría de policía de Milton Keynes, cuatro días después del incidente.
El juez retiró provisionalmente los cargos contra la cantante, una decisión condicionada a que no vuelva a delinquir en un plazo de dos años, y le impuso pagar 110 dólares por los costos del proceso y 140 dólares en compensación a su víctima.
Según se informó, el juez Peter Crabtree manifestó: "El señor Pound es una persona cuyo trabajo implica interactuar con el público. Si es agredido, merece la protección de este tribunal. En este caso es obvio que el alcohol jugó un papel", en referencia al estado de la cantante.
Sobre su sentencia, el magistrado señaló que "puede ser más dura que tan sólo una multa, dependiendo del comportamiento que tenga en los próximos dos años".
Winehouse, que tiene un largo historial de juicios por sus borracheras y altercados, escuchó el veredicto sentada en el banquillo de los acusados, vestida con una camisa blanca y una falda negra corta, y luciendo su característico peinado.