Un equipo de científicos elaboró una nueva definición de agua de mar que mejorará las proyecciones para los océanos y el clima.

Los océanos ayudan a regular el clima del planeta al llevar el calor desde el Ecuador a los polos. Los cambios en la salinidad y la temperatura son fuerzas primordiales para el impulso de las corrientes mundiales, así como para los patrones de circulación desde la superficie al lecho marino.

El entender cuánto calor puede absorber exactamente el océano y registrar las leves diferencias de salinidad es crucial para que los científicos descifren cómo los mares afectan al clima, y cómo podría cambiar esa interacción debido al cambio climático.

"El conocer estas circulaciones de forma correcta es clave para la tarea de cuantificar el papel del océano en el cambio climático", indicó Trevor McDougall de la Organización de Investigación Industrial y Científica de la Commonwealth (Csiro), un organismo respaldado por el gobierno de Australia.

McDougall, de acuerdo a Reuters, es parte de un equipo internacional que actualizó los métodos para definir el agua de mar.

Agregó que la nueva definición permite, por primera vez, calcular con precisión el calor del océano, y evaluar las pequeñas diferencias de salinidad. Métodos anteriores asumían que la composición del agua marina era la misma en todo el mundo.