Llega septiembre de un nuevo año, y con ello arriba una nueva temporada de una de las clásicas rivalidades de los juegos deportivos. FIFA 18 de Electronic Arts se enfrenta al no menos popular PES 2018 de Konami, en una lucha que con el paso de los años y tras versiones fallidas de uno y otro lado, cada año se añaden leves mejoras y actualizaciones que lentamente comienzan a equiparar la balanza.

Sin embargo, para ello habrá que esperar un poco. Este año la tendencia se mantiene, y aunque PES ofreció una más que correcta nueva versión, que cuenta con el añadido de voces locales y equipos licenciados chilenos (y que revisaremos pronto), hay que decir que aunque suene obvio, FIFA 18 es el mejor juego de FIFA jamás creado. La frase no es antojadiza, ya que no necesariamente el último juego tiene que ser el mejor -preguntémosle a PES 2014- , y por otro lado cabe destacar el gran trabajo hecho por EA en sólo un año, dando un gran paso por delante de FIFA 17.

Porque de inmediato es posible visualizar la fluidez en los movimientos en el campo, las mejoras gráficas tanto en los jugadores como las gradas y la sensación de "vida" del estadio cada vez que nos acercamos al arco para anotar. Si a eso le sumamos otra historia atractiva en "The Journey" y el Ultimate Team, sí, tenemos "más de lo mismo", pero mejor.

En términos de jugabilidad, hay pequeños detalles que quienes han jugado a toda la serie agradecerán. Proteger el balón resulta una opción mucho más viable si nuestro delantero queda solo en el área rival, y ya no actúan como en versiones anteriores dando vueltas sin sentido. Correr ya no resulta tan brusco como antes, y es posible dar pequeños toques para moverse entre los defensoresen lugar de lanzar el balón por delante y perderlo. En la defensa, el sistema es más avanzado e inteligente, y los jugadores pueden "leer" qué queremos hacer si repetimos muchas veces la misma jugada, algo que nos dará algo de trabajo para anotar, pero los jugadores más asiduos a las tácticas sabrán superar de buena manera.

La otra queja de los años anteriores tenía que ver con que habitualmente los jugadores cometían errores, tanto en defensa como en ataque, por estar terminando la última acción. Las animaciones "bloqueadas" implicaban un ritmo mucho más lento, con acciones involuntarias que entorpecían la experiencia. La costumbre hizo que aprendiéramos a vencer esta limitación del juego, por suerte arreglada en esta versión. Así, vemos como se "desbloquearon" las animaciones, implicando que todo es mucho más suave, rápido y sensible, y mucho más cercano a los partidos que vemos en TV.

Estas mejoras hacen pensar como si de un momento a otro se hubiese pulsado un interruptor fantasma que hizo mejorar todo lo que los usuarios del juego pedían hace años, aunque se mantiene un punto que para bien o para mal, es una característica de FIFA: el ser un simulador más que un juego casual.

Gráficamente se nota un cambio sustancial, más aún cuando se utiliza una consola como PS4 Pro. La iluminación obtuvo un gran afinamiento en los efectos de iluminación, ofreciendo una alta definición bajo los focos y en la luz del día. A pesar de su soltura, los jugadores ya no sufren el efecto de "plasticina", y es posible ver el sudor y algunos parches a medida que avanza el partido, pequeños detalles que se agradecen.

Tanto Ultimate Team como el modo de carrera, también recibieron una bocanada de aire fresco, ya que en este último se pueden iniciar negociaciones de transferencia en tiempo real con otros jugadores, presentando ofertas, negociando las cuotas o la venta de un jugador. Lo mismo ocurre con "The Journey: Hunter Returns", donde el jugador ficticio Alex Hunter se encuentra en lo más alto tras la temporada pasada, y se comienza a hablar de negociaciones en el extranjero. Sin embargo, las cosas no siempre salen como lo planeamos. Ahora podemos personalizar a Alex tanto en su apariencia como su ropa, y a medida que avancemos obtendremos recompensas como tatuajes o nuevos seguidores en las redes sociales.

https://www.youtube.com/watch?v=3Ty4064UZ_c

Bien, y ahora los puntos menos rescatables. Como es usual, siempre habrá aspectos que necesiten más atención. Las tácticas personalizadas se mantienen igual, y se echan de menos estrategias más modernas, ya que la forma de ataque continúa siendo la misma de siempre, y considerando los avances en defensa y ataque es necesario añadir más opciones. Lo otro tiene que ver con la curva de aprendizaje para los usuarios nuevos, tanto los que ingresan a uno u otro juego de fútbol como los que deciden venir de la competencia. Claramente en ese aspecto PES es mucho más sencillo y para muchos "divertido", ya que los partidos pueden terminar con ocho goles en total, algo que en FIFA generalmente no ocurre. Quizá uno tiene el lado "arcade" que no tiene el otro, y la profundidad del juego de EA siempre se agradece, pero sería bueno tener un término medio.

Por último, el tema polémico. ¿Vale la pena un título según las licencias que tenga? A diferencia de EA, este año Konami hizo un buen trabajo -ahondaremos en eso en otra nota- enfocándose en el mercado latinoamericano en términos de licencias de equipos y elección de comentaristas, pero depende de cada jugador la importancia que le entregue a este factor. Finalmente, todo queda como una apreciación personal, ya que el 99% del juego lo vemos desde lejos y pocas veces es posible visualizar si el jugador virtual es 100% similar al de la vida real. Es por ello que decidimos puntualizar los aspectos técnicos y de jugabilidad, que para muchos es lo que de verdad importa.

Aún así, FIFA 18 es claramente lo que los fanáticos estaban esperando. Mejoras en todos los niveles, tanto jugables como gráficos, harán que el juego de Electronic Arts se mantenga un año más en la cima, aunque en algunos aspectos sea necesaria una renovación. PES está cada vez más cerca.

Lo bueno: La ambientación en los estadios, el nuevo "The Journey", los traspasos, jugabilidad y mejoras gráficas en general.

Lo reprobable: Lo de siempre, relacionado con el poco parecido de algunos jugadores, algunos hechos con más dedicación que otros, y la falta de licencias locales.