Analista político argentino: "Cristina K busca limitar la independencia de los medios"
A juicio de Rosendo Fraga, poner a la prensa como "enemigo político" es una señal propia del autoritarismo.
Para Rosendo Fraga la semana pasada representó "un antes y un después" en el conflicto que la Presidenta Cristina Fernández mantiene con los principales medios de comunicación argentinos. El allanamiento de Cablevisión -perteneciente al grupo Clarín-, el embargo de bienes al diario La Nación, así como la rápida aprobación de la ley que permite el control estatal sobre la empresa Papel Prensa representan, según este destacado analista político transandino, la intención de la Casa Rosada de "limitar la independencia" de los medios privados en el país. En esta entrevista con La Tercera, Fraga analiza el adverso escenario que enfrenta la prensa en Argentina.
¿Qué panorama se abre para la prensa argentina tras la aprobación de la ley de Papel Prensa y la ley de Medios?
Durante la semana que finalizó, se ha hecho inocultable que desde el poder se desarrolla una intensa ofensiva contra determinados medios de comunicación privados: la intervención judicial y el allanamiento de Cablevisión, la empresa de cable del grupo Clarín, a pedido de un grupo de medios privado; el embargo de bienes del diario la Nación, dispuesta a pedido de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP); el dictamen el Procurador que pide a la justicia que resuelva con rapidez medidas cautelares sobre la vigencia de la ley de Medios; la aprobación en el Congreso con gran velocidad de la ley que permite el control estatal sobre la empresa Papel Prensa y las afirmaciones de un funcionario respecto a que puede aplicarse a los medios la ley Antiterrorista, son los casos más destacados. Cada acción puede ser discutida -en particular en sus razones e intenciones-pero analizadas en conjunto muestran un objetivo claro y preciso que es limitar la independencia de importantes medios de comunicación privados. Ubicar a los medios como enemigo político suele caracterizar a los intentos de autoritarismo; respetar la libertad de expresión es un valor esencial en la democracia.
A su juicio, ¿cuál es el objetivo de estas leyes? ¿Teme que el gobierno busque así el control oficial de los contenidos de los medios?
Políticamente, la experiencia concreta muestra que el poder político de los medios es limitado. Cuatro años atrás, el actual gobierno ganaba con el 45% de los votos en un momento en que su relación con medios, que hoy ataca, era sensiblemente mejor. En cambio ahora, enfrentado a ellos, ha ganado por nueve puntos más. Sobre el rol de los medios, Perón,- el líder político más importante en la Argentina del siglo XX y fundador del partido al que todavía pertenece la Presidente,- solía decir que cuando tenía los medios más importantes en contra ganó la elección de 1946 con más del 50% de los votos; en cambio, cuando cayó en 1955, controlaba todos los medios. Los tiempos han cambiado, pero el argumento de que los medios no permiten gobernar -más de una vez esgrimido desde el oficialismo para justificar sus acciones contra determinados los medios- en los hechos en Argentina no tiene justificación, dado que el gobierno que inició su período el pasado 10 de diciembre tiene la mayor acumulación de poder político-institucional desde el reestablecimiento de la democracia en 1983 y ello lo ha logrado pese a las crítica de los medios sobre los cuales hoy dirige su ofensiva. Pero también es cierto que cuando la oposición se desarticula y se crean situaciones de virtual dominio o hegemonía política, como hoy sucede en Argentina, los medios pasan a ocupar un rol más relevante, dado que sus opiniones pueden tener más repercusión que las expuestas por los dirigentes de una oposición dividida, fraccionada y sin un liderazgo definido.
Los Kirchner han tenido un enfrentamiento permanente con la prensa. Sin embargo, al comienzo el diario Clarín era visto como pro-K. ¿Por qué se produjo este giro? ¿Por qué los Kirchner arremetieron contra este grupo?
Creo que en la ruptura entre el kirchnerismo y el grupo Clarín, hubo ante todo un conflicto de poder y no de ideología. Para el ex Presidente Kirchner, este grupo de medios que es el más importante de Argentina, era un límite a su poder. Durante los cuatro años de su Presidencia (2003-2007), contó con el apoyo de este grupo e incluso en la elección de Cristina Fernández en 2007, en líneas generales este grupo de medios apoyó al gobierno. El conflicto, en términos políticos se precipita en 2008, cuando el grupo Clarín apoyó las protestas del campo, que debilitó al gobierno e incidió en su derrota en la elección legislativa de 2009. De ahí en más el conflicto fue escalando y se hizo irreductible. Kirchner solía decir que este conflicto era la madre de todas las batallas.
A nivel regional ha pasado una situación similar con el tratamiento hacia la prensa en Venezuela, Ecuador y Bolivia. ¿Cree que lo que se observa hoy en Argentina responde a la misma tendencia?
Puesto en términos regionales, distintas versiones de este tipo de conflicto se han registrado en los últimos años en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, los países alineados con un modelo que tiene Hugo Chávez como referente más importante. Cuando sectores del PT intentaron llevarlo adelante en Brasil, la Presidente Dilma Rousseff los frenó. En el caso de Perú, el Presidente Humala también se manifestó en contra de impulsar este tipo de conflicto. En los últimos días el Presidente de los EE.UU., Barack Obama, dio dos señales claras respecto a este conflicto en el ámbito regional. Eligió un diario de Venezuela y otro de Argentina, críticos de los respectivos gobiernos, para expresar su visión regional y sus opiniones sobre las respectivas relaciones bilaterales. Los elegidos fueron El Universal de Caracas y La Nación de Argentina, destacando expresamente en ambos casos la importancia de preservar la libertad de expresión. La división de poderes y la libertad de expresión son las notas más características del sistema republicano y es en este contexto que el conflicto que hoy tiene lugar en Argentina puede marcar un antes y un después en cuanto a la calidad institucional del país.
¿Por qué el gobierno de Cristina Fernández aceleró tanto el proceso de aprobación de leyes apenas asumió su segundo mandato? ¿Qué se puede esperar entonces para 2012?
El gobierno está haciendo un uso intenso del poder en todas las áreas. Quizás, porque en 2007, tras ganar en primera vuelta con el 45% de los votos, registrando en marzo del 2008 la Presidente 60% de imagen positiva, tres meses después había caído por debajo del 30% por el costo que implicó el conflicto con el campo, que produjo su primera derrota en el Senado. Esta experiencia puede estar incidiendo en la velocidad con la cual ha logrado sancionar una serie de leyes que le permiten al Ejecutivo a acumular más poder, debilitar a los medios y también al campo como actor político-social. Al mismo tiempo, desde la Casa Rosada se han abierto conflictos dentro de la misma coalición de gobierno, tanto con el sector sindical, liderado por Hugo Moyano, como con el gobernador de la decisiva provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli. La política de jugar al todo o nada, ha sido una característica del liderazgo político del matrimonio Kirchner.
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