"Hace tres meses que no sé nada de él. Estoy muy preocupada de lo que pueda pasarle, ya que siempre ha sido una persona muy tranquila y pacífica". E. G., la madre del joven anarquista Diego Ríos González (22), quien es buscado por la policía como un sospechoso de atentados explosivos registrados en Santiago, cuenta que vive atemorizada.
Carabineros intensificó la búsqueda del joven, luego de que hace tres meses su familia denunciara que tenía materiales para fabricar explosivos dentro de un bolso, en su departamento de la comuna de Santiago. La denuncia fue realizada por el impacto que les causó la muerte del okupa Mauricio Morales, a quien le estalló una bomba que pensaba instalar.
Los policías han monitoreado el entorno del joven en busca de su paradero, sin obtener resultados. Los policías estiman que cuenta con una red de protección que lo mantiene oculto. El nombre de Diego Ríos se ha propagado en el ambiente anarquista, y su nombre ha aparecido en rayados callejeros y
pancartas.
La madre del joven relató a La Tercera parte de la historia de su hijo y cómo se involucró con anarquistas.
"Diego no tuvo un padre presente, por lo que su abuelo fue una especie de mentor para él. A los 12 años conocía muy bien la historia de Chile. Cuando mi papá murió, mi hijo estuvo muy afectado", contó.
La mujer agregó que "desde chico nunca le faltó nada. Siempre fue al colegio en furgón escolar y tenía Super Nintendo. Eso me llamaba la atención de él. Era muy humilde, nunca le decía a nadie las cosas que tenía".
La mujer contó que el pasatiempo favorito de su hijo era participar en un grupo scout. Relata que empezó desde niño y que se retiró hace dos años, por sus estudios.
Entró a estudiar Filosofía en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (Umce). "El se retiró hace un año, porque decía que había perdido todo el año producto de los paros", cuenta su madre.
Hace dos años comenzaron los primeros indicios de que el joven se estaba relacionando con grupos antisistémicos. "El tenía una ideología clara, decía que era libertario. Luego se hizo vegetariano y terminó siendo un vegano (vegetarianos radicales). De pronto, ya no le gustaba comprarse ropa en las tiendas. Toda su ropa era de las ferias. No me dejaba comprarle zapatillas que costaran más de $ 5 mil, cuando antes usaba unas de $ 40 mil. Además, no fuma, no toma ni va a fiestas", dijo.
El joven solía acudir a una casa okupa ubicada en Pudahuel, llamada Centro Social Autónomo y Biblioteca Libertaria Jhonny Cariqueo. El lugar ha sido allanado en busca de material para fabricar explosivos y se encuentra bajo vigilancia. Según la madre del joven prófugo, varios integrantes de la casa okupa pertenecieron al grupo scout de su hijo.
La mujer recordó uno de los últimos diálogos que tuvo con el joven: "Te voy a enviar a un siquiatra, hijo". "Me van a terminar internando", le respondió.