El comedor de la presidencia del Senado en el edificio del ex Congreso en Santiago fue el escenario escogido por los principales dirigentes del PS para una crucial reunión.
A primera hora de ayer, los líderes de la corriente mayoritaria del partido, la Nueva Izquierda, se dieron cita para buscar una salida a las públicas tensiones vividas al interior de la tendencia, tras el fuerte quiebre entre sus dos principales figuras: el presidente del PS, Osvaldo Andrade y el senador Camilo Escalona.
Ambos dirigentes encabezaron el cónclave al que asistieron, ente otros, el jefe electoral del comando de Michelle Bachelet, Mahmud Aleuy, el jefe de propaganda de la campaña, Felipe Barnachea, los ex dirigentes estudiantiles César Valenzuela y Karina Delfino -esta última también integrante del equipo de la ex mandataria en el área Jóvenes- además de los diputados Juan Luis Castro y Manuel Monsalve.
La cita, que duró poco más de tres horas, sirvió para limar asperezas al interior de la corriente, que se encontraba dividida tras la dura crisis desatada en mayo pasado por la determinación del senador Escalona de declinar su repostulación en Puerto Montt.
Tras el fracaso de un acuerdo opositor para realizar primarias parlamentarias legales, el senador se negó a resolver su opción en los comicios de primarias organizadas por su propio partido frente al ex alcalde de Puerto Montt Rabindranath Quinteros.
El dilema activó una fuerte pugna al interior del sector, entre quienes promovían proclamar a Escalona y quienes pedían primarias, tal como también lo solicitaba públicamente la ex Presidenta Michelle Bachelet, quien durante su vida partidaria perteneció a dicha corriente.
El episodio distanció fuertemente a Andrade y Escalona, debilitando la convivencia interna del sector que dirige al PS.
Ambos mantuvieron silencio, hasta que recién retomaron contacto un par de meses después del ofrecimiento de la mesa DC para que el ex jefe de partido busque su reelección en el cupo que dejó en Biobío Costa el senador Hosaín Sabag.
Con todo, ayer los dirigentes se comprometieron a superar sus diferencias y enfocarse de lleno en la campaña presidencial y parlamentaria, además de respaldar la gestión del jefe partidario de cara al próximo período.