Un nuevo incidente sacude la carrera de Andrea Koch. Un episodio antiguo, que ayer conoció castigo: la Federación Internacional de Tenis (ITF) la sancionó con tres meses de suspensión tras protagonizar un altercado indisciplinario en el torneo de San José dos Campos, en Brasil. Ocurrió el 30 de marzo, jugando ante la argentina Guadalupe Pérez Rojas. La chilena se negó a recibir asistencia médica de la organización por una dolencia en la rodilla, enfrascándose en una discusión con los oficiales del certamen por la situación y por el uso de su celular, siendo descalificada.
Más tarde, la jugadora le pidió explicaciones al supervisor, el uruguayo Rodolfo Curutchet, y le solicitó que el resultado del partido apareciera como derrota por retiro y no por descalificación, a lo que el aludido se negó. De acuerdo al informe, Koch reaccionó con violencia arrebatándole el teléfono móvil al funcionario y lanzándolo al suelo, provocando su destrucción.
La ITF abrió una investigación y determinó que hubo violaciones a los códigos de conducta, por lo que decidió ayer suspenderla de toda competición por tres meses. Además, la multó con US$ 500 más una indemnización de US$ 199 para la reposición del teléfono de Curutchet.
"Es un hecho aislado y fue hace tres meses", afirmó ayer Koch a La Tercera. No admitió culpas, vio sombras tras el castigo: "Es una venganza de la Federación por [exigir] cobrar mi contrato públicamente. No voy a apelar por miedo a que la Federación pueda intervenir en mi contra, ya que el demandado, Esteban Elías, es hijo de un director de ITF".
El caso es que no es la primera vez que el nombre de Koch asoma en las crónicas de sucesos. Con 31 años y 14 de carrera, destacada en el plano deportivo (su mejor ranking fue 224º, a mediados de 2012; fue medallista panamericana y sudamericana, y es la jugadora chilena con más participaciones en la historia de la Fed Cup), su currículum está manchado de pequeños escándalos. El caso más resonante fue a fines de 2012 cuando arremetió a golpes con el psicólogo Enrique Aguayo, con quien mantuvo una relación. El litigio se resolvió en tribunales, donde ambos sellaron la paz.
En esa instancia, el abogado de la tenista fue Ulises Cerda, presidente de la Federación de Tenis, y con quien Koch se ha visto enfrentada por los términos de un contrato de difusión firmado en la administración anterior, con José Hinzpeter. Koch fue pasada al Tribunal de Honor y la Fetech la acusó de extorsión e injurias, anunciando acciones legales. En respuesta, la jugadora demandó a los directores. Es a este conflicto al que se refiere la tenista.
"Cuando soy vulnerada reacciono con toda mi pasión. Soy una mujer que defiende sus derechos a como dé lugar y en este momento mi lucha es con la Federación, que está haciendo las cosas mal en perjuicio del tenis, sin dar explicación ni a los deportistas, ni a los árbitros, ni a los acreedores. Si tengo que sufrir las consecuencias por decir lo que pienso, lo asumo", dice.
El mentado contrato tiene relación con el programa de televisión que mantiene hace un par de años en el CDO y con el ranking de menores que creó, donde el ganador obtendrá $ 500.000. Esas actividades las combina con clínicas de tenis con magia para niños.
Macarena Miranda, ex tenista y directora de torneos ITF, matiza el debate: "Con Andrea no somos amigas, pero siento que dentro de la cancha es luchadora y se la juega por Chile. Sí creo que no ha sabido controlarse y ha infringido los códigos de conducta. Hablo de hechos comprobables". En este contexto, descarta que la ITF actúe influenciada: "Es una entidad seria, autónoma y tiene un reglamento claro acerca de las sanciones si se infringen códigos de conducta. No entran en juego los parentescos y se basa en hechos comprobables luego de investigaciones".