Su asiento en la comisión de Educación del Senado puso a Andrés Allamand como un espectador con ubicación privilegiada para observar cómo los partidos de la Nueva Mayoría y el gobierno se enfrentaron esta semana por la tramitación de la reforma educacional.
Desde ese lugar, el parlamentario de RN analiza en un tono severamente crítico lo ocurrido este año con el proyecto estrella del gobierno. Apunta responsabilidades en La Moneda, la coalición gobernante y el ministerio, y le da el carácter casi de Big Bang a la eventual aprobación de la iniciativa.
¿Al final, cuándo va a salir de la comisión de educación la reforma, esta semana, la próxima?
En verdad no puedo anticipar cómo va a terminar esta bolsa de gato. El presidente de la comisión, Fulvio Rossi, dijo claramente que la votación del próximo jueves era un mandato de la Presidenta de la República y yo le creo. Pero hemos visto que la Democracia Cristiana se impuso y parece que ya no se vota la próxima semana. En consecuencia, no puedo saber cómo va a terminar esto. Lo que sí, me parece absolutamente irresponsable que las diferencias que existen entre la DC y el PS-PPD-PC tengan como cancha la reforma educacional.
¿No es natural que haya diferencias?, es una reforma muy compleja.
Puede ser, lo que a mí me preocupa es otra cosa y que al parecer el gobierno no advierte. En su primer mandato, a comienzos de 2007, la Presidenta Bachelet puso en marcha el Transantiago cuyos desastrosos efectos sentimos hasta hoy. Y ahora, también en el inicio de su gobierno, Bachelet está a punto de cometer su más grave error político: aprobar su segundo Transantiago. Y eso es aprobar una reforma educacional a la carrera, improvisada, cuyas consecuencias son muchísimo mayores que el propio Transantiago.
¿No exagera al decir eso? El Transantiago afectó de forma inmediata la vida de las personas, y el gobierno ha dejado claro que la reforma educacional se implementará por etapas, gradualmente.
Nada afecta más la vida de las personas que la educación y los errores del gobierno en esta materia son tan profundos que son de dificilísima corrección. Durante este debate, ha surgido por parte de la Nueva Mayoría una tremenda crítica respecto al financiamiento compartido, que en realidad es una autocrítica, porque el financiamiento compartido lo implementó el gobierno de Patricio Aylwin. Entonces, no obstante a que han pasado casi 25 años, ese error, según los propios miembros de la Nueva Mayoría, no ha podido corregirse. Eso demuestra que los errores en educación tienen un efecto perdurable y profundo.
¿De quién es la responsabilidad de esos errores? El ex ministro Pérez Yoma apuntó directamente al ministro Eyzaguirre.
Siempre sostengo que al final del día los Presidentes son los responsables de los aciertos y de los errores de su gobierno, pero en este caso creo que al ministro Eyzaguirre le pasaron "gato por liebre". Y ha tenido una conducción errática, muy confusa, lleno de aseveraciones que lo único que han hecho es echarle leña a la hoguera.
¿Por qué dice que al ministro le pasaron "gato por liebre"? ¿Le hicieron trampa?
Porque al asumir el cargo le dijeron que la reforma de fin al lucro, copago y selección, tenía un gigantesco apoyo ciudadano. Pero el propio ministro Eyzaguirre se ha dado cuenta que esto no es así, porque una cosa es que una familia diga que está en contra del lucro, entendido como abuso, y otra muy distinta es que le cambien la naturaleza al colegio particular subvencionado en que tiene a sus hijos. Por lo tanto, el ministro Eyzaguirre ha debido enfrentar a lo largo del todo el país un enorme movimiento social de rechazo a la reforma.
Y hay otro "gato por liebre": le hicieron creer que la reforma tenía un respaldo técnico sólido. Pero el ministro Eyzaguirre se encontró con que no había absolutamente nada preparado. Hasta el día de hoy, el secreto mejor guardado es cuál fue el equipo, con nombre y apellido, que redactó el proyecto que actualmente se está estudiando. ¡Es una criatura que no tiene papá, que nadie quiere reconocer!
¿Y quién le pasó ese "gato por liebre"?
Creo que es algo colectivo, de la Nueva Mayoría, que se expresa en lo que para mí es el error fundamental que comete Eyzaguirre: como el gobierno desde el día uno ha sido rehén del movimiento estudiantil, algunos genios le sugieren que la manera de domesticar al movimiento estudiantil es incorporar en el núcleo de su equipo asesor precisamente a ex dirigentes estudiantiles cuyos conocimientos técnicos en las materias educacionales han demostrado ser completamente insuficientes. El problema, entonces, es que esos asesores del ministro funcionan como agentes encubiertos del movimiento estudiantil y en la práctica, hoy el ministro está sin ninguna asesoría técnica que le sea realmente leal a él y a la reforma, y es por eso que la indicación para penalizar el lucro, tal como lo denunció el presidente de la Cámara, fue redactada en el Ministerio de Educación, siendo que el propio gobierno no quería esa indicación, o sea, los asesores le hicieron trampa al ministro.
¿Se refiere a los representantes de Revolución Democrática que asesoran al ministro? ¿Ellos serían los agentes encubiertos?
No quiero personalizar. Lo que estoy diciendo es que el ministro Eyzaguirre, al margen de los problemas que él mismo se ha creado con sus errores no forzados por las frases desafortunadas como la de los patines, tiene tres problemas que lo dejan en la más absoluta soledad: le pasaron "gato por liebre" en términos del apoyo social a la reforma, le pasaron "gato por libre" respecto del fundamento técnico de la reforma y, además, le dijeron que la manera de aplacar al movimiento estudiantil era intentando domesticarlo a partir de contratar a estos dirigentes como asesores.
Se dice que gracias a la presencia de esos dirigentes en el ministerio es que, en parte, no ha habido grandes marchas estudiantiles, eso es algo positivo para el trabajo del ministro.
Pan para hoy, hambre para mañana. Esta semana, no habían pasado ni 24 horas de que el ministro Eyzaguirre había señalado, a diferencia de lo que dice el proyecto, que a todos los colegios particulares subvencionados se les iba a financiar la adquisición de sus inmuebles a precio de mercado a través de la intervención de los bancos, para que los dirigentes estudiantiles señalaran que bajo ninguna circunstancia aceptan esa fórmula, que no estarán dispuestos a un CAE inmobiliario. Y claro, desde su punto de vista tienen razón, porque cómo se pretende que en una reforma que dice querer terminar con el lucro, se incorpore a los bancos durante 25 años para que hagan negocios. Eso es un contrasentido completo.
Usted hasta ahora ha evitado pedir la salida del ministro, pero con tanta crítica da la impresión de que piensa igual que el diputado Gabriel Boric y que Eyzaguirre debería dejar su cargo.
El ministro se ha equivocado y mucho, pero la verdad es que el mal manejo global del gobierno lleva a que sus propios partidarios pidan la salida de algún ministro. Hace dos semanas, el ex ministro Pérez Yoma dijo que el responsable de los problemas del gobierno es Eyzaguirre. A la semana siguiente, diversos dirigentes señalan que el problema lo tiene la ministra Rincón. Posteriormente colocan en la mira al ministro Peñailillo. Y esta última semana, el que está en la mira es el ministro Gómez-Lobo, aunque no dejo de sorprenderme que uno de los autores intelectuales del Transantiago sea ministro de Transportes. Eso sólo pasa en Chile y en un gobierno de la Nueva Mayoría. Entonces, es tan evidente la falta de control político de parte del gobierno, que todas las semanas sus propios partidarios pretenden descabezar a un ministro. Y el déficit de conducción política es tan grande que transcurridos sólo ocho meses de gobierno el daño más profundo lo está recibiendo la Presidenta.
¿Por qué?
Porque entre tanta polémica, pasó inadvertido un hecho de mucha relevancia. En octubre se produjo el punto de inflexión negativo que todo gobierno hace lo posible por evitar: la gran popularidad de Bachelet se desvaneció y a contar de octubre hay más desaprobación que aprobación al gobierno.
Le recuerdo que en el primer gobierno de Bachelet también partió así y terminó con el récord de aprobación.
Pero la Concertación perdió las elecciones… y esto es muy distinto, porque en ningún campo el balance es favorable. La economía está en un frenazo que va mucho más allá de una simple desaceleración, la inversión se derrumbó, la productividad no mejora, la inflación aumenta. Pero el gran problema que tiene la economía es su crisis de confianza y la confianza es a la economía lo que es el ébola a la salud. Segundo, en seguridad ciudadana tenemos las tasas más altas de victimización en más de una década. La situación en la Araucanía va de mal en peor. A nivel político hay un país muy dividido y todos coinciden, partiendo por el ex Presidente Ricardo Lagos, que hay un clima muy peligroso de crispación.
Hablando del ex Presidente Lagos, hay quienes ven un ánimo presidencial en sus intervenciones de este año.
Si hay algo que yo rescato de este año político es el protagonismo del Presidente Lagos. Ha sido una voz de altura, de sentido país, de mirada larga. Yo veo al Presidente como una reserva política del país en su conjunto y, respondiendo a su pregunta, no veo, como algunos piensan, que esté trabajando una candidatura presidencial. Lo que sí veo es que en un contexto político de estas características, con malas reformas, con crispación, con división en la Nueva Mayoría, sin conducción política del gobierno, el Presidente Lagos es una reserva política del país en su conjunto.
El panorama que pinta es bastante desolador y cualquier observador imparcial contra argumentaría que este país pese a los problemas está lejos de estar en crisis.
¿Es que cuáles son las razones de fondo que generan este panorama? El último gobierno de la Concertación terminó gobernando con malas prácticas y el primero de la Nueva Mayoría empezó haciéndolo con malas ideas. Y esas malas ideas tienen un origen en un diagnóstico completamente errado de lo que ha ocurrido en Chile a contar de 1990. Desde esa fecha Chile tuvo una época extraordinariamente positiva de su historia. Pero, bruscamente, lo que era una historia de éxito, la transformaron en una de fracaso. Ese diagnóstico equivocado condujo a una afirmación completamente ideológica: la tesis de la retroexcavadora. La retroexcavadora no es una frase al pasar. En el fondo refleja el pensamiento más íntimo de la Nueva Mayoría. La convicción de que a Chile no le ha ido bien y que se requiere un cambio refundacional, o sea, reemplazamos el pragmatismo por el ideologismo, y reemplazamos los acuerdos por la aplanadora. En lo económico, reemplazamos la apuesta a la iniciativa individual y a la alianza público-privada como motores de desarrollo, por la acción del Estado. La verdad es que la retroexcavadora lo que busca es destruir la propia obra de la Concertación.