El senador Andrés Allamand está empeñado en convencer a su sector de que la única manera para salir de la crisis que enfrenta es fusionando a la centroderecha en una nueva instancia partidaria que tome el mando del bloque. La idea, con matices por cierto, ha encontrado eco en el sector. El senador Hernán Larraín y el ex ministro Andrés Chadwick propusieron una federación que esté por sobre las colectividades. Todo, sintonizando de cierta manera con la idea de los partidos de reinstitucionalizar a la actual oposición.
A pocos días de que RN y la UDI hayan firmado un acuerdo para trabajar en un nuevo orden, se ven nuevamente enfrentados. ¿Hay real espacio para la unidad?
Construir un nuevo escenario para la centroderecha es absolutamente urgente e indispensable. El que hayan surgido fricciones a partir de este nuevo refrente, confirma la necesidad de dar un paso más adelante y más audaz. Mi impresión es que el esquema de insistir en la coalición no ha funcionado y no va a funcionar porque mantiene muchos de los elementos que lo ha hecho inviable en el tiempo.
¿Cómo se podría entonces llegar a conformar un partido único si las diferencias internas hacen frágil cualquier relación?
Lo que no funciona es seguir insistiendo en lo mismo y pretender tener diferentes resultados. El paso que yo planteo de confluir en una nueva fuerza política, en un partido único, sin duda que tiene dificultades, pero simultáneamente tiene ventajas y resuelve problemas. Y hay dos que son fundamentales. El primero tiene que ver con el cambio del sistema electoral. En el sistema binominal la lógica era dos fuerzas principales y dos partidos principales. Los proporcionales funcionan con una lógica diferente. En consecuencia, es una tremenda miopía suponer que hay que actuar con la misma racionalidad que un sistema binominal. Además, las encuestas posteriores al caso Penta han venido a confirmar un hecho, para mi, virtualmente irremontable: las actuales identidades de los partidos de la centroderecha están muy deterioradas. Lo que propongo es romper con ellas.
¿Su propuesta es reconfigurar todo? ¿Nombres de cada partido, manera de estructurarse, todo?
Aquí hay tres situaciones distintas. Lo primero es el manejo de la actual crisis y ahí es evidente que hay una gran deficiencia. Qué sentido tiene configurar un referente pensando en las elecciones municipales que están a dos años plazo, si no hay ninguna acción concreta para manejar en conjunto la emergencia y la crisis actual. En segundo lugar, la centroderecha requiere cambios políticos de fondo. Por ejemplo, con la cohabitación entre la acción política de centroderecha y de algunos grupos empresariales. Y la tercera es la plataforma organizativa. Está claro como el agua que el esquema de simple coalición es insuficiente. Se está hablando de una federación y esta debe tener una directiva única, en consecuencia, tiene un mando común. Ese paso no es suficiente, pero sin duda que sería importante.
¿Cuánto tiempo toma consolidar un proceso como ese?
La centroderecha no tiene mucho tiempo para recuperarse. Estamos en una situación de emergencia. En consecuencia hay que actuar con audacia y rapidez. Para mí lo fundamental es lo siguiente: la crisis de la centroderecha no se arregla entre la calle Suecia y Antonio Varas (sedes de la UDI y RN respectivamente). Lo que la centroderecha tiene que hacer es revitalizarse, pero a partir de una apertura hacia la sociedad, movimientos sociales y un conjunto de persona que están en la periferia de nuestra acción, que jamás se van a sumar ni a los partidos de centroderecha ni a una simple coalición. Pero sí lo harían en una instancia nueva para partir de cero y donde no se tenga que arrastrar con el lastre de los errores pasados.
¿Cuál es el primer paso?
Un primer paso a esta altura indispensable es que las directivas de los partidos avancen, al menos, de coalición a federación. Es decir que constituyan una directiva común cuya primera tarea deba ser manejar en conjunto la crisis e ir sentando las bases programáticas, políticas y organizativas a partir de las cuales deba ir organizándose el sector. Una segunda etapa debe ser la apertura a la sociedad. Lo que visualizo es un conjunto de asambleas, reuniones y convocatorias en regiones en comunas a lo largo del país para ir atrayendo a nuevos dirigentes a esta plataforma. Lo que hay que asumir es que los actuales dirigentes de las centroderecha no damos el ancho para frenar la retroexcavadora. Y esto debiera confluir en una tercera fase hacia lo que yo estimo que es lo que hay que hacer, que es configurar un partido único. Si ello no resulta, a lo menos va a quedar establecida y avanzada la idea de una federación
¿Critica la manera cómo los partidos han enfrentado la crisis por Penta? ¿En particular la de la UDI?
De poco sirven en esta materia las críticas públicas. A quienes me han consultado informalmente les he hecho ver cuáles son, desde mi punto de vista, aquellas acciones que debieran adoptarse. En la práctica, el resultado del manejo de la crisis se refleja hoy en una circunstancia objetiva: la imagen pública de la Alianza está en su peor momento histórico.
¿Cree necesaria mayor proactividad de parte de las directivas de RN y la UDI?
Reitero, no tiene ningún sentido dar consejos en público. Lo que sí creo es que debiera existir un manejo conjunto de la crisis.
Muchos dicen que esta crisis no parte en Penta, sino en la última derrota electoral. Y usted protagonizó conflictos ahí con el ex Presidente Piñera. ¿Está por superar esas diferencias?
Siempre estoy dispuesto a mirar hacia adelante. Pero yo no veo en la situación que usted describe un conflicto. Hace un año atrás era importante, desde mi punto de vista, realizar un diagnóstico objetivo y severo del pésimo resultado político y electoral que se produjo a fines del gobierno anterior. Mi impresión es que ese examen autocrítico no se realizó y de alguna manera no se pudieron tomar a tiempo las medidas necesarias para empezar a recuperar terreno. Pero en fin, soy de los que cree que hay que dar vuelta la hoja y mirar hacia adelante.
¿Está dispuesto a hacer un gesto de unidad con el ex Presidente?
No creo que haya que personalizar este tema. Aquí todos debemos contribuir. Creo que los que tenemos más experiencia en estas materias tenemos que impulsar que el protagonismo de esta nueva etapa organizacional de la centroderecha la adopten los actuales dirigentes. No pretendo protagonismo alguno, pero sí estoy dispuesto a empujarlo.
¿Se ha puesto en contacto con el ex Presidente para revisar en conjunto el estado del sector?
Hasta ahora no lo he hecho.
¿Está en sus planes?
Todo a su tiempo. Lo que he planteado es que esta es una idea que debe ser acogida e impulsada por la directiva de los partidos. Cuando estas ideas se personalizan empiezan los empeños para atornillar al revés.
¿Piñera debiera asumir un rol activo para salir de la crisis?
Piñera es una pieza fundamental en cualquier escenario futuro de la centroderecha. En consecuencia no debiera restarse a este esfuerzo para salir de la crisis y contribuir a este nuevo escenario.
¿Se siente responsable en algún grado por la crisis de la Alianza?
En la nueva etapa todo el mundo tiene que estar dispuesto a asumir que así como ha tenido aciertos puede haber incurrido en errores.