Andrés Calamaro hace valer la espera. Ni aunque la cordillera lo separe por poco más de una hora por aire de nuestras tierras, o con excusa de algún festival, El Salmón esperó tener nuevo material en mano para volver después de cuatro años, cuando se presentó por última vez en el Movistar Arena.
El cantautor regresará en julio para brindar tres fechas, oscilantes entre lo masivo y lo íntimo. Su primera parada será Santiago, el día 2 en el Movistar Arena, para continuar en Valparaíso, el 5 de julio, en el Teatro Municipal y finalmente en Concepción, el 7 del mismo mes, en el Teatro Universidad de Concepción; la gira se bautiza "Licencia para cantar".
En todo caso, quienes sigan de cerca al argentino en redes sociales o por simple fanatismo, sabrán que su relación con el país es de mutuo afecto, pese a la distancia temporal. Y aunque sin mantener un vínculo de familiaridad, así como Fito Paez -que ya fijó su regreso para fines de abril- o Charly García, las veces de Calamaro en Chile han sido significativas. Antes fue en 2007, 2009 y en diciembre de 2010, cuando participó del festival El Abrazo, una instancia histórica en el marco de los megafestivales en el país, y que reunió únicamente a artistas chilenos y argentinos, con la finalidad de celebrar el bicentenario de ambas naciones. Por este motivo, el mismo Charly García, Babasónicos, Fito Páez, Vicentico y el fallecido Luis Alberto Spinetta, se hicieron parte junto a nacionales como Los Tres, Los Jaivas y Jorge González, con una convocatoria que reunió a más de 70 mil personas en su única jornada en el Parque O'higgins.
Alta vigencia
Al día de hoy, hay dos motivos que traen con fuerza al ex de Los Rodríguez. El primero es la publicación de Romophonic Sessions (2016), un trabajo en conjunto con el colosal pianista Germán Wiedemer. El disco fue bautizado como tal en honor al estudio de grabación bonaerense, espacio que sirvió a la dupla para reversionar una selección de los hits eléctricos de la voz argentina, además de un conjunto de colaboraciones -las que alguna vez hizo con Hugo Fattoruso, Juanjo Domínguez y Antonio Serrano, entre otras destacadas por sus atributos líricos y el valor que otorgan a la carrera del argentino.
Lo que comenzó como un mero ensayo, terminó en dos días de sesiones y una grabación accidental, que de cierta manera, pretendía la autencidad del sonido en vivo y el dinamismo entre los mundos del cantautor y el pianista. Temas como Mi enfermedad, Nueva Zamba para mi tierra, Garúa y Absurdo conformaron un total de 10 canciones.
El cantautor no quiso reposar en este formato, y en diciembre se atrevió con Volumen 11, un ejercicio compilatorio de grabaciones que efectuó entre 2012 y 2016, sin ánimo de una previa publicación.
Este recorrido se traduce en una bitácora libre de emociones, borradores, ensayos y reflexiones al alero de la vorágine creativa que un compositor percibe en su día a día, sumiso a la nostalgia, memorias y la cotidianidad. Sus canciones ceden al resultado de una fluida ritmicidad inclinada al blues. Los títulos hablan por sí solos, y más allá de lo estrictamente musical: Blues y orquesta, Blues de Santa Fe -con la memoria puesta en Pappo, precursor y figura blusera trasandina- y Tan triste no es el blues, que se suman a Cazador de Ateos, la que su responsable proclama como la declaración de principios del disco, frente a las contigentes problemáticas sociales en Argentina y en el mundo: "Es una declaración sonora y distorsionada también, contiene frases que podrían dirigir la nueva rebeldía de los pensamientos libres o ser discutidas en los foros virtuales con rabia", expresa Calamaro en el blog de su página oficial.
Con menos de un año de distancia, ambas publicaciones responden a la continuidad y recreación de lo que alguna vez se hizo con la colección Grabaciones Encontradas, después de publicar Volumen 1 en 1994 y DOS (Volumen 2), en 1996, cuyos registros se guardarón por más de 10 años. Previo a estas dos producciones, el ex integrante de Los Abuelos de la Nada editó tres discos en vivo, incluyendo Hijos del Pueblo con Enrique Bunbury (Héroes del Silencio) en 2015 y desde el estudio, Bohemio, en 2014.
Las entradas para la gira de regreso de Andrés Calamaro estarán a la venta desde el 29 de marzo por sistema Puntoticket, Ripley y Cinemark, con precios que irán desde los 15 mil pesos en Santiago, 30 mil pesos en Valparaíso y 35 mil pesos en Concepción.
COORDENADAS
- Santiago 2 de julio / Movistar Arena / 21.00
Sistema de venta PuntoTicket
www.puntoticket.cl / Tiendas Ripley y Cinemark
Desde los $15.000
- Valparaíso 5 de julio / Teatro Municipal de Valparaíso / 21.00
Sistema de venta PuntoTicket
www.puntoticket.cl / Tiendas Ripley y Cinemark
Desde los $30.000
- Concepción 7 de julio / Teatro Universidad de Concepción / 21.00
Sistema de venta PuntoTicket
www.puntoticket.cl / Tiendas Ripley y Cinemark
Desde los $35.000
*** PRECIOS SIN CARGO POR SERVICIO