"En la vida, a veces, hay coyunturas, hay dilemas y, en este caso, prioricé los temas familiares". Así define el ex ministro de Transportes Andrés Gómez-Lobo las causas por las que decidió renunciar a su cargo, con el objetivo de pasar más tiempo con su hijo de nueve años, quien reside en La Serena, junto a su ex esposa.

Cuenta que se prepara para ir a la Región de Coquimbo en los próximos días y ayer, como un ciudadano más, tenía hora al dentista. ¿Fue una buena decisión haber dejado su puesto? "Estoy conforme, se debe priorizar la familia", señala de entrada en esta entrevista.

También apunta a los temas más complejos de su gestión: el alza de la evasión del pago de la tarifa (casi cuatro de cada 10 personas no cancelan) en el Transantiago, además de que no se ha aprobado la "ley Uber", que regulará las aplicaciones. Por estos pendientes ha recibido críticas en las redes sociales, pero retruca: "Dudo que los que opinan (en las redes sociales) sean reconocidos como académicos", pues argumenta que "en el mundo académico, la calidad se mide exclusivamente por el número de citas que tienen sobre sus publicaciones".

Usted dejó el cargo justo el día en que se debía votar una interpelación en su contra...

Fue una coincidencia. La decisión de la renuncia fue anunciada mucho antes. Una interpelación no me preocupaba mayormente. De hecho, es una oportunidad de dar cuenta de lo que se ha hecho.

Se le critica no haber podido impulsar los proyectos de ley que regulan a las plataformas como Uber y la ley antievasión en el Transantiago.

En este gobierno aprobamos la Ley Emilia (que aumenta las penas por accidentes provocados por conductores en estado de ebriedad), la norma que obliga a la retención infantil en los automóviles, además de la ley de subsidios al transporte público, en 2015, que estableció un aumento de los presupuestos para Santiago y regiones.

La evasión del pago de pasajes en el Transantiago fue un dolor de cabeza a lo largo de su gestión... ¿El proyecto de ley que presentó es la solución a este problema?

No existe un instrumento único para reducir la evasión en el sistema: hay que trabajar en el plano operativo, en la fiscalización, pero el proyecto de ley es fundamental: si no se aprueba, las infracciones no tienen impacto. Las personas que no pagan, no tienen ninguna sanción. Existe una sensación de impunidad. Las cifras del ministerio indican que siete de cada 10 sancionados no acude a cancelar la multa. Pero los operadores también tienen responsabilidad al poner zonas pagas y al tener sistemas como torniquetes en sus puertas para que los usuarios paguen. Se trata de personas, según los análisis, de entre 18 y 39 años, y no necesariamente de escasos ingresos.

¿Es la evasión el principal problema del Transantiago?

No. Es la congestión vehicular que reduce las velocidades de los buses. Por eso enviamos un proyecto de ley de restricción por congestión (el que tampoco ha sido aprobado).

¿Calificaría al Transantiago como un buen sistema de transporte público?

Si se mira desde el punto de vista internacional, es un sistema que está bien evaluado, pero falta mucho para que los usuarios piensen igual. Hay algunos servicios que operan mejor que otros, como Metro, Metbus y Vule. Hay otros deficitarios.

Como ministro, tuvo malas relaciones con Subus y Alsacia, empresas clave por su tamaño y con serios problemas económicos.

Nos regimos por los contratos, que conllevan descuentos altos.

Usted recibió numerosas críticas de académicos a través de las redes sociales.

Respeto mucho las críticas de los académicos, pero particularmente de los que son respetados como tales. En el mundo académico, la calidad se mide exclusivamente por el número de citas que tienen sobre sus publicaciones. Hay chilenos que tienen esos reconocimientos internacionales. Dudo que otros que opinan (en las redes sociales) sean reconocidos.

Su gestión tuvo una desaprobación alta en las encuestas si se compara con otros ministerios.

Transportes, Salud y Educación siempre son sectores complejos, pues prestan servicios masivos. Siempre hay problemas de financiamiento en esas áreas, lo que es común en diversos países.

En regiones, ¿qué avances hubo?

Hay beneficios para las zonas aisladas, subsidios aéreos, marítimos, además de transporte escolar gratuito, lo que mejora la conectividad de las personas que residen en comunas aisladas. Todo gracias a los fondos "espejo" del Transantiago.

¿Por qué no se pudo acelerar la "ley Uber"?

El proyecto que ingresamos goza de consenso en ciertos sectores, que es lo que sucede cuando hay democracia. En el Congreso deben tomar los tiempos que consideren necesarios. Tuve una buena relación con los parlamentarios de diversos partidos.