Ad portas del inicio de la votación de la reforma tributaria esta tarde en la Cámara de Diputados, el ex ministro de Hacienda de Michelle Bachelet, Andrés Velasco, cuestionó el nuevo proyecto de reforma tributaria del gobierno.
El candidato presidencial aseveró que "el gobierno retiró el proyecto de ley de reforma tributaria y lo reemplazó por uno nuevo. La estrategia del reemplazo sugeriría una significativa diferencia entre ambos. Lo cierto es que no hay grandes diferencias. Y lo que cambia es, casi siempre, para peor".
"A diferencia de lo que el gobierno quiere hacer creer, este nuevo proyecto de ley no está inspirado en la búsqueda de consenso con la oposición. Esta inspirado en la búsqueda de consenso con la UDI. Las medidas que se retiraron son aquellas que en la opinión de la UDI atentaban en contra de esencia del actual sistema tributario", acotó.
Como primer criterio de evaluación, Velasco señaló que la recaudación de la propuesta tributaria original era poca, mucho menos de los 700 millones de dólares que el gobierno prometió, y que la versión actual recauda aún menos, es decir, siguen faltando recursos para cerrar el déficit fiscal estructural y financiar la reforma educativa.
El otro criterio de evaluación es qué tan justa es una propuesta tributaria, ya que según Velasco "en el proyecto anterior se incluían una serie de medidas para reducir la elusión. Una modificación tributaria homologaba el tratamiento de las sociedades de responsabilidad limitada al de las sociedades anónimas. Limitando los llamados 'retiros en exceso' de las sociedades de personas se buscaba eliminar un mecanismo que se ha utilizado para postergar de manera indefinida el pago de impuestos".
Otras normas sobre endeudamiento en exceso y tasación, en palabras del propio gobierno, nos acercaban a los estándares de los países avanzados miembros de la OCDE.
"Sin embargo, estos cambios ya no están en la nueva propuesta oficialista. Fueron retirados sin que mediase votación. Así de simple. ¿Lobby? ¿Presiones corporativas? ¿Presiones políticas? No hay que ser demasiado mal pensado para sospecharlo" adujo.
"El gobierno eliminó modificaciones convenientes pero perdió la oportunidad de desechar una mala idea: la rebaja tributaria para financiar gastos en educación privada. Este beneficio sólo llegaría a los hogares más ricos (no a la verdadera clase media) y magnificaría la segregación de nuestro sistema escolar. En el Congreso, la oposición no perderá la oportunidad: lo más probable es que eche abajo esta medida", destacó.
Una sola modificación de la nueva propuesta sí se justifica según Andrés Velasco. "El llamado impuesto de "timbre y estampilla" se rebajará menos de lo inicialmente proyectado. Los expertos del CEP y Cieplan concluyeron correctamente que este impuesto debe mantenerse como una suerte de IVA a los servicios financieros. Dicho de otro modo, eliminar el impuesto de "timbre y estampilla" reduce la recaudación fiscal sin aumentar la eficiencia", explicó.
Finalmente, redactó que cualquiera sea el texto que finalmente apruebe el Congreso, "este ajuste no hará mucho para garantizar un sistema tributario más justo. Con ese propósito debemos eliminar o restringir regímenes especiales de tributación que se crearon con buenas intenciones, pero que en la práctica han permitido la elusión", enfatizó Velasco.
En este sentido señaló que quedaban varios pendientes: corregir el régimen de fondos de inversión privados, "que tratamos de modificar el 2009 pero en el Congreso no estuvieron los votos"; cambiar el sistema de renta presunta en el transporte, la minería y la agricultura; empresas grandes que se acogen abusivamente a postergaciones de impuestos diseñadas para ayudar a las PYMES. "Cuando tratamos de corregir esto en la administración anterior, la Alianza negó los votos", dijo.
Además, destacó por mejorar que las personas de mayores ingresos ahorren su dinero en el extranjero, sin tener la obligación legal de pagar ningún peso de impuestos en Chile; el uso indiscriminado de facturas por parte de las empresas para reducir el pago de impuesto personales; entregar mayores atribuciones de fiscalización al Servicio de Impuestos Internos; y los impuestos verdes.
"Contemplar la nube negra que cada invierno cubre Santiago y tantas otras ciudades fortalece la convicción sobre ese cambio tan necesario. Las tareas pendientes están claras. Las abordaremos a partir de 2014", remarcó.