Siete años mayor que su hermano Adolfo, el senador DC Andrés Zaldívar era quien se encargaba de llevarlo diariamente al colegio. Años después compartirían militancia en la Democracia Cristiana, la lucha contra el régimen militar y la defensa de los derechos humanos. De hecho, el embajador en Argentina fue uno de los principales promotores de su postulación a las primarias de la Concertación el 99, donde terminó perdiendo a manos de Ricardo Lagos. Pero después de haber sido muchas veces aliados y cómplices en distintos temas, sus caminos políticos comenzaron a distanciarse hasta que a fines de 2007 al representante de Chile en Argentina lo expulsaron de la DC. Un hecho que provocó un fuerte remezón no sólo en la Concertación y en su partido, sino también a nivel familiar.

¿Cuándo conversó por última vez con su hermano?

Hace dos semanas pude conversar con él. Lo fui a visitar a la clínica y ahí conversamos de temas familiares e internacionales por su cargo de embajador. A él le preocupaba mucho el tema de La Haya y de la integración latinoamericana. Y después la última vez que lo vi fue en su casa. La comunicación fue más difícil porque él ya estaba perdiendo la voz, prácticamente me respondía con gestos faciales.

El ex embajador Rafael Moreno dijo el miércoles que expulsar a Adolfo de la DC fue una sanción desproporcionada e injusta. ¿Comparte ese juicio?

En ese momento tuve una intervención clara para tratar de evitar el hecho de la sanción. Yo era partidario de haber llegado a un acuerdo, a un entendimiento con las explicaciones suficientes de una y otra parte.

En ese entonces Soledad Alvear encabezaba la directiva de la DC. ¿A qué atribuye el fracaso de esa propuesta?

Adolfo no aceptó, él había tomado también la decisión de no impedir que esa sanción se diera. Bueno, es un acto propio de la institucionalidad del partido con el cual yo no estuve de acuerdo, porque consideraba que no era procedente. Además, yo nunca he sido partidario de las expulsiones dentro del partido. Creo que más que nada hay más bien sanciones de tipo moral que uno puede aceptar o no aceptar.

Pero en el caso de Adolfo yo era contrario a que se le aplicara una sanción. Si bien él había formulado algunos juicios que eran delicados, yo estimaba que eran dichos que se hacían en el momento de la pasión y de la discusión. Pero siempre fui contrario a la sanción que se le dio. Siempre.

En el último tiempo ¿tuvo la oportunidad de conversar sobre ese momento, sobre la relación con la DC o su visión del gobierno de Piñera?

No, desde el momento en que Adolfo se separó del partido tuvimos caminos diferentes. Para mí eso fue muy doloroso, porque en mi familia se produjo una situación casi colectiva de apoyo a Adolfo en ese sentido. Desde ese momento los dos nunca tocamos los temas de la política contingente, nunca. Porque había una cosa clara que nos enseñaron nuestros padres: en las relaciones familiares y en la amistad nunca hay que meter la política, porque termina siendo un conflicto. He visto muchas veces gente que piensa lo mismo y que en una discusión que agarra cierto fragor y pasión terminan en peleas que no se solucionan nunca.

¿Ambos acordaron no hablar más de política para no complicar la relación familiar?

Casi era un pacto implícito. Nunca tocamos la política contingente después de ese episodio.

¿Pero tuvieron la oportunidad de recomponer relaciones después del distanciamiento que les produjo la expulsión de su hermano?

Terminamos teniendo una buena relación, sobre todo leal.

Tras su expulsión, su hermano Adolfo se unió al PRI y luego aceptó ser embajador del gobierno de Sebastián Piñera. ¿Considera adecuado que se plantee su reincorporación a la DC?

Adolfo es parte de la historia de la DC. En la sala del Consejo Nacional está su fotografía como presidente y nunca nadie va a poder borrarla. Yo sería el primero en apoyar con entusiasmo una propuesta de reincorporación, pero yo no voy a plantearla, porque no corresponde.

¿Piensa que esa propuesta puede tener acogida en este momento?

Ojalá que así sea, dentro del espíritu que incluso he visto aquí con la participación del propio partido en este homenaje. Espero que una cosa como esa se acoja y se lleve a cabo como un reconocimiento. Por lo demás, insisto, Adolfo estando afuera o dentro del partido es parte del partido.