Unos 600 fieles y 20 sacerdotes anglicanos dieron el paso de la conversión al catolicismo, acogiéndose a la nueva institución -el Ordinariato- creada por el Papa Benedicto XVI para permitirles mantener su rito y tradiciones.
La ceremonia celebrada este miércoles, que se ha hecho coincidir con la fecha litúrgica del comienzo de la Cuaresma, es el primer paso en un proceso de conversiones de grupos de anglicanos descontentos con la doctrina oficial de su iglesia.
Las diferencias estallaron en 1992, cuando la jerarquía de la Iglesia de Inglaterra aprobó la ordenación de mujeres.