Edad: 36 años.
Disciplina: Squash.
Cuando nació, Ana María Pinto ya tenía una raqueta en la mano: venía con el deporte en su ADN.
Como hija de Jaime Pinto y de la argentina Ana María Arias, ambos tenistas, la lógica indicaba que continuara con la tradición tenística de la familia. No obstante, los padres quisieron que sus hijos practicaran un deporte en los meses de invierno. Así, los tres hijos, que partieron jugando tenis, terminaron dedicándose al squash, una actividad donde la raqueta también es pieza fundamental.
En esa actividad comenzó a destacar tempranamente a nivel nacional y sudamericano, aunque nunca pudo dedicarse ciento por ciento al circuito profesional. A los 20 se convirtió en madre y eso, en cierto modo, cambió sus planes. La idea era estudiar en Estados Unidos o disputar las fechas del tour. Sin embargo, eso implicaba muchos viajes y la obligaba a despegarse de su hijo, Agustín (16), quien también tiene el squash en los genes, pues el padre es el campeón peruano Álvaro Carranza. Y, como tal, a su corta edad ya ostenta logros significativos. Siete años más tarde tuvo a Amalia (9). Y sí, también practica este deporte.
Pero el gran golpe de Anita llegó este año, cuando se impuso en el Panamericano de Squash de Estados Unidos. Ella y Giselle Delgado lograron un inédito oro, que la pone con grandes perspectiva para Lima 2019.
Mientras tanto, Anita compite en el circuito masculino, donde tiene como rivales a su hijo, a su marido y a su hermano, pues en Chile, no hay competencia femenina.