Con sólo 27 años, Anne Hathaway es una de las estrellas de Hollywood. Su nombre ha figurado más de una vez en variadas listas que son un buen barómetro de la popularidad -como "los actores jóvenes más prometedores", "las actrices más sexy" o "las más elegantes"-, ha trabajado con directores como Garry Marshall y Ang Lee, e incluso obtuvo una nominación al Oscar por su rol en La boda de Rachel.
Pero sólo hace unos meses logró cumplir un sueño: trabajar junto a Tim Burton en Alicia en el País de las Maravillas, la esperada versión del estadounidense para el clásico cuento de Lewis Carroll que llega a pantallas nacionales el 13 de mayo.
"Fue un sueño hecho realidad", le confidenció hace pocos días a la revista británica Look la actriz, que debutó en la pantalla grande al amparo de Disney en 2001 con Diario de una princesa. "Comencé viendo los filmes de Tim Burton cuando era una niña, por lo que aparecer en el set todos los días y trabajar con él y Johnny (Depp) fue increíble", aseguró a la publicación quien interpreta a la Reina Blanca, la hermana "buena" de la Reina Roja y quien busca en la adolescente Alicia (Mia Wasikowska) una aliada para combatir la tiranía de su pariente.
Un papel para el que Burton tomó como inspiración a la chef de la TV británica Nigella Lawson: "Ella es bella y hace todo en su cocina, pero entonces descubres ese brillo en su ojo y dices: 'Oh, está un poco loca'", dijo el director de Sweeney Todd. Pero para Hathaway fue un desafío más complejo.
Como la buena profesional que es, no sólo releyó las aventuras de Alicia, sino que durante semanas escuchó al grupo Blondie y vio las películas de Greta Garbo para convertirla en "una chica punk-rock, además de vegana pacifista". "Es adorable en el exterior y ha tratado de convertirse en, quizás más allá de los límites, una positiva criatura, pero por debajo esconde una asesina en potencia", contó al periódico The Telegraph.
Después de esta preparación, a mediados de 2009 Hathaway llegó a los estudios en California, donde Burton filmó sus escenas durante nueve días. Bajo la mirada del cineasta, se puso el vestido blanco diseñado por Colleen Atwood y se transformó en una etérea figura que parecía "volar por el suelo", a juicio de testigos del momento. Entre ellos, Johnny Deep, para quien "sus manos comenzaban a hablar antes que ella lo hiciera", en una actuación que llegó a provocarle un "poco de envidia".
Y de la cual ella sólo guarda buenos recuerdos: "Me entretuve mucho. Fue grandioso, porque en el País de las Maravillas todos están locos, aunque ninguno se da cuenta".