Uno de los asesores más cercanos del ex primer ministro británico Tony Blair está testificando ante un panel que investiga las circunstancias que llevaron al gobierno del Reino Unido a involucrarse en la guerra en Irak.
Alastair Campbell fue el jefe de comunicaciones de Blair antes y durante la invasión de Irak en 2003.
Campbell les dijo a los investigadores que el ex premier nunca le pidió que hiciera nada deshonesto.
El panel está tratando que Campbell aclare el papel que él, en su función de asesor, desempeñó en la recopilación de un expediente de documentos que indicaban que el entonces líder iraquí, Saddam Hussein, tenía armas de destrucción masiva.
Algunos observadores dicen que el peligro que representaba Hussein se exageró de forma deliberada en ese expediente, de septiembre de 2002, con el fin de tener un pretexto para atacar a Irak, algo que Campbell ha negado con firmeza.
REUNION CON BUSH
Campbell dijo que Blair no cambió su política hacia Irak después de una reunión con el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en abril de 2002.
El mes pasado, el ex embajador del Reino Unido ante Estados Unidos, Christopher Meyer, dijo ante el panel que Blair, que anteriormente hablaba de desarmar a Irak a través de la ONU, comenzó a insistir en la necesidad de un cambio de régimen en ese país, después de reunirse con Bush en el rancho de éste en Crawford, EE.UU.
Sin embargo, Campbell dijo que el ex embajador británico ofreció una "descripción incorrecta" de la reunión.
De acuerdo al ex asesor, la política británica en ese momento se seguía centrando en desarmar a Irak y en tratar de que Hussein respetara las resoluciones de la ONU.
"No puedo aceptar ese análisis de que hubo un cambio fundamental de enfoque y política por parte del primer ministro", dijo.
Campbell añadió que Blair no decidió que era necesario enfrentar a Hussein sólo porque Bush "quería" hacerlo.