Mide 1 metro 74, da la mano con agilidad, sonríe con viveza, se mueve rápido, responde largo y dice que conversar es un asunto fácil para él. Probablemente le cuesta menos que a varios de sus colegas. También, antes que le pregunten, demuestra tener sentido del humor y subraya que es una de aquellas cosas con las que nació. "Sin humor no se puede hacer frente a la vida. Yo, además, admiro a los que lo poseen y no entiendo a los que no", explica Antonio Banderas, uno de aquellos actores españoles de los 80 y 90 que logró trascendencia en Hollywood junto con Javier Bardem y Penélope Cruz, viejos colegas en el cine de Almodóvar.
El malagueño Antonio Banderas, con 52 años, visita por segunda vez Chile, ahora para promocionar el perfume Her Golden Secret de Puig. La vez anterior fue en 2007, junto a su esposa Melanie Griffith, y ahora lo hace solo, pero con una agenda copada: ayer protagonizó un evento a beneficio de la Fundación Make a Wish para niños con enfermedades de alto riesgo en el restaurante Osadía, hoy estará en una subasta benéfica con sus fotografías en el Hotel Hyatt y mañana inaugurará una exposición con otras de estas imágenes en la Municipalidad de Providencia.
La presencia de Banderas en Chile coincide con el inminente rodaje de la película Los 33, en la que él tendrá el rol protagonista de Mario Sepúlveda, apodado Super Mario por su histrionismo y sentido del humor a prueba de cualquier desgracia. El filme que dirigirá la mexicana Patricia Riggen (La misma luna) desde mediados de noviembre en Colombia relatará en grandes términos el derrumbe y rescate en la mina San José en 2010.
¿Qué le atrae de Mario Sepúlveda?
Me interesa mucho su sentido del humor, que fue vital para sobrellevar el drama allá abajo. Me identifica un poco y creo que lo utilizaré en la película. Aplicaré el humor en el estilo Sepúlveda. Es parte, me parece, de su capacidad de liderazgo, de su humanidad y de su sabiduría para no dramatizarlo todo: de lo contrario se habría producido un peligroso inmovilismo. Creo que él le hace un guiño a la vida con ese gran ánimo.
¿Se reunirá con él?
No en esta oportunidad. No me apetece empezar una conversación que no puedo terminar. Quiero hacerlo cuando tengamos tiempo de explayarnos, tener tres o cinco días para hacer las preguntas que quiero hacer y, claro, que él me pueda contar todo. Sin molestias alrededor. Tengo ganas de ver cómo se mueve, cómo respira, cómo es. Pero eso es un trabajo que ya haremos más cerca del rodaje, quizás con la directora presente, a quien ya conocí hace un año. Ahí tal vez sugiera yo cosas en el guión: 'Que Mario no diría esto, que no pensaría así'. Por otro lado, no soy partidario de los museos de cera y mimetizarme como Mario Sepúlveda. Eso es maquillaje. De lo que se trata es de ir a la esencia del personaje, sin importar que me parezca físicamente o no.
Los dueños de la mina salieron del caso sin ser imputados...
Desgraciadamente cuando pasan estos hechos tan mediáticos, como el derrumbe de la mina San José, hay muchos que buscan sacar dividendos políticos. Hay revoloteo alrededor y siempre hay alguien que trata de instrumentalizar, en este caso a los mineros. Cuando el tiempo pasa la gente tiende a olvidar a quienes fueron héroes, los que representaron a tu país por el mundo. Eso es muy triste. A mi juicio de lo que se trata en la película es de mostrar la cara más humana y cercana de los mineros, no solamente la heroica. Creo que debería ser un espejo o una lupa, si se quiere, de nuestras miserias y felicidades. Lo que más me atrajo desde que me invitaron a trabajar en la cinta, es que planteaba una reflexión sobre el ser humano.
Será un rodaje claustrofóbico...
Va a ser muy duro y estaremos rodando en una auténtica mina en Colombia.En principio iba a ser en estudios, pero ya no. Ahora, si el resultado es bueno, no tengo problemas en sufrir. Me importa un veinte, mientras la película sea buena. Y después de todo voy a estar con gente como Martin Sheen, un actorazo que admiro mucho, desde los tiempos de Apocalipsis ahora. No estaré con Jennifer Lopez, como se había anunciado, pero no importa. Ya encontraremos la actriz adecuada. Todo sucede por algo
Filma cerca de cuatro cintas al año, ¿Es difícil salir de una como Agentes secretos de Soderbergh y hacer en poco tiempo El gato con botas, Los indestructibles 3 o Los 33?
Ser actor es una locura, pero yo lo veo como un oficio humilde. Hay que hacer de todo: acción, drama, comedia, animación. Uno está al servicio de algo más noble. En ese sentido, me indentifico como con esos viejos actores de repertorio que hacían sainetes a las tres de la tarde y Shakespeare en la noche. Nunca me ha preocupado planificar una carrera sacrosanta de actor. Hago de todo.