El museo de la memoria, que servirá para recordar dos dolorosas décadas de violencia política entre 1980 y 2000, será construido en una zona de Lima, confirmó el novelista peruano Mario Vargas Llosa.

Vargas Llosa preside una Comisión de Alto Nivel, oficializada a fines de marzo por el gobierno, que se encargará de coordinar, promover el diseño, organización, implementación y gestión del proyecto "Museo de la Memoria" con una donación equivalente a unos dos millones de dólares ofrecida por el gobierno alemán.

Conforman el grupo otras seis connotadas figuras del país, como monseñor Luis Bambarén, el pintor Fernando de Szyszlo, y Salomón Lerner, ex presidente de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), entre otros.

Monseñor Bambarén, un sacerdote jesuíta conocido por su defensa de los pobres de Perú, dijo telefónicamente a la AP que el museo de la memoria "tendrá una construcción subterránea, por lo que no se afectará las áreas verdes del parque Campo de Marte".

El Campo de Marte es un extenso parque ubicado en el distrito de Jesús María, a pocos minutos de la plaza de armas de Lima.

Vargas Llosa comentó al diario español El País que esperaba que la construcción del mencionado museo "esté en un punto irreversible para antes del fin de la legislatura. En América Latina nunca se sabe qué va a pasar después".

El afamado escritor peruano no mencionó la fecha de inicio de la obra.

Para el autor de "La ciudad y los perros" el museo de la memoria que se edificará en Lima "tiene que reflejar los horrores que se cometieron de un lado y del otro" al referirse a los crímenes cometidos de Sendero Luminoso, el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) y de las fuerzas del orden.

"Todos en la comisión tenemos claro que el museo no puede en ningún caso servir de propaganda política para nadie, porque entonces se desnaturalizaría. La moral es más importante que la política. En la comisión hay distintas posiciones políticas, pero todos estamos de acuerdo en que es un proyecto ético", indicó el novelista.

En febrero el gobierno fue criticado por haber rechazado la donación de dos millones de dólares del gobierno alemán para construir el mencionado museo destinado a recordar los horrores de la violencia política que dejó miles de muertos y desaparecidos, en su mayoría campesinos pobres y de lengua quechua.

El novelista peruano fue uno de los más críticos con la negativa gubernamental y afirmó en un artículo periodístico que la actitud oficial era muestra de la "intolerancia" y la "incultura" que caracterizaban a las clases políticas de Perú y Latinoamérica.

A fines de marzo el ejecutivo dio marcha atrás y creó una Comisión de Alto Nivel nombrando a Vargas Llosa como presidente.

Según la CVR, casi 70.000 muertos y desaparecidos dejaron en Perú los 20 años de violencia política producto de la guerra interna contra los grupos subversivos.