#Stgonologo. Ese es el hashtag -o "etiqueta"- que circula hace dos semanas a través de Twitter y cuyo objetivo es impedir que el concurso para elegir un logo para la capital llegue a puerto. Con esta etiqueta, los twitteros pretenden que los organizadores del certamen -la Municipalidad de Santiago, el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur), las empresas privadas y otros seis municipios- detengan el proceso que comenzó en junio y que intenta darle a Santiago un icono que le permita posicionarse a nivel mundial.
La cruzada por redes sociales empezó el mismo día en que la alcaldesa Carolina Tohá, su par de Providencia, Josefa Errázuriz, y de Lo Barnechea, Felipe Guevara, entre otros, presentaron los diseños para que ciudadanía votara por ellos en www.santiagodestinoturistico.cl.
El resultado debía estar listo el viernes, pero la comisión superior decidió extender el plazo hasta el 16 de octubre. "Esto para que asegurar la máxima participación ciudadana", explica Claudio Maggi, presidente de Corporación de Desarrollo de Santiago (Cordesan), encargada de ejecutar el concurso. Hasta el viernes pasado, habían votado 1.300 personas.
ANULAR EL PROCESO
Las críticas han generado que algunos pidan la anulación del proceso. ¿Las razones? Principalmente cuatro: que se hayan tomado sólo cuatro meses para definir una "Marca Ciudad"; que no haya concordancia entre el isotipo (ícono) y el logotipo (la imagen); las acusaciones de plagio contra un diseño; y que, pese a que las bases lo estipulan que debían existir tres finalistas, sólo se eligieron dos.
"Presenté mis reparos al concurso por lo deficiente de las propuestas, muy en la línea de los logotipos de instituciones gubernamentales, y también por la imagen más polémica (se refiere a la que se asemeja a unos rayos de sol de colores), que está en el concepto de plagio por ser similar a la de Fundación para la Confianza y la de Semana del Diseño 2011, que lideraba el Area Diseño del Consejo Nacional de la Cultura", explica el presidente del Colegio de Diseñadores de Chile A.G. y miembro de la comisión superior, Enrique Montero.
Este agrega que debían ser tres los finalistas. "Hubo una terna y se les hicieron reparos a todos. Quizás el tercero no los resolvió a tiempo", dice.
CALIDAD Y CONCORDANCIA
Una de las primeras voces disidentes fue el del periodista y creador de la página web Santiago Adicto, Rodrigo Guendelman, quien asegura que se sumó a la campaña de rechazo "porque estamos orgullosos de esta ciudad y queremos que el logo tenga algo más representativo, un concepto potente, que luego sea conocido a nivel internacional", indica.
El decano de la Escuela de Diseño de la Universidad del Pacífico, Santiago Aránguiz, asegura que " no hay elementos propios ni representativos en los diseños que perfilen a Santiago. Este concurso se hizo rápido y el tiempo le jugó en contra, espero que reculen y lo hagan con respeto y altura de miras", señala. Además, indica que al certamen le hizo falta la participación del Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi) para garantizar que no hubiese plagio.
Una mirada menos tajante tiene Sebastián Amaral, vicepresidente de la Asociación Chile Diseño, quien rescata el espíritu del concurso, que fue abierto, que congregó a 40 postulantes y que a los 10 semifinalistas se les pagó $ 500.000 para que desarrollaran sus ideas. "Eso demuestra seriedad en el proceso", dice. Y agrega: "No se debe botar todo por la borda. Se deben rescatar los últimos 18 proyectos y estos someterlos a votación pública", asegura Amaral.
Rodrigo Edwards, diseñador, gerente general de Edwards Asociados y uno de los 10 finalistas del certamen, critica la iniciativa de la organización respecto a predefinir el eslogan "Siente todo Chile", cuando la marca estaba pensada para Santiago. "Habría que haberlo dejado abierto para que empresas lo resolvieran de mejor manera", afirma.
El director de la Escuela de Publicidad de la UDP, Cristián Leporati, no concuerda: "El slogan me parece correcto en razón de que la capital es el primer punto de ingreso al país", expresa.
Consultados sobre las críticas, organizadores del concurso como Sernatur, la Subsecretaría de Turismo y el municipio de Santiago, declinaron referirse al tema.