Las acusaciones de presunta corrupción en su contra parecen estar pasando la cuenta al Presidente de Brasil, Michel Temer. Así quedó de manifiesto ayer en una encuesta realizada por Ibope para la Confederación Nacional de Industrias (CNI), la cual confirma el enorme rechazo a la gestión del mandatario: el peemedebista cuenta con la aprobación de apenas el 3% de los brasileños.

La encuesta de Ibope, realizada entre el 15 y el 20 de septiembre, mostró que el porcentaje de personas que cree que el gobierno de Temer es "malo" o "muy malo" subió a un 77% desde el 70% de una consulta realizada en julio. La proporción de quienes consideran que la administración de Temer es "muy buena" o "buena" bajó a apenas un 3% desde 5% previo. El sondeo ratifica lo registrado en una encuesta difundida la semana pasada por la firma MDA, según la cual la tasa de aprobación del gobierno se sitúa en mínimos del 3,4%.

"Es la peor evaluación de óptimo/bueno desde marzo de 1986, cuando comenzó la medición, dijo a La Tercera Sérgio Toledo, analista de Ibope Inteligencia.

Asimismo, los encuestadores de Ibope evaluaron la imagen personal de Temer, que fue valorada por un 7% y reprobada por un 89%. El índice de confianza en el mandatario tampoco escapó a la tendencia, registrando mínimos históricos. De acuerdo al sondeo, se sitúa en un 6%, frente a la "desconfianza" manifestada por un aplastante 92% de los consultados.

Temer también quedó mal parado en una comparación propuesta con el gobierno de Dilma Rousseff, a quien sustituyó en el poder en mayo del año pasado, cuando comenzó el proceso que llevó a la destitución de la entonces Presidenta petista.

Según la encuesta, un 59% considera que la gestión de Temer es "peor" que la de Rousseff, frente a un escaso 8% que la calificó de "mejor" y un 31% que la cree "igual".

Desde que el mandatario de 77 años reemplazó en mayo de 2016 a Rousseff, destituida por el Congreso, nunca logró superar la barrera del 14% de apoyo, recordó France Presse.

El derrumbe de la imagen del gobierno actual, que asumió en agosto de 2016 tras el impeachment de Rousseff, acusada de "maquillar" las cuentas públicas, se agudizó a partir de junio con la primera de las dos acusaciones que presentó la Fiscalía General contra Temer. Se convirtió así en el primer Presidente de Brasil acusado de corrupción durante su mandato, recordó Ansa.

La primera de las acusaciones, por corrupción pasiva, fue bloqueada en agosto por la Cámara de Diputados, donde el mandatario cuenta con una holgada mayoría. La segunda, que incluye cargos de obstrucción a la justicia y formación de una organización delictiva para expoliar al Estado, empezó a tramitarse esta semana.

Ambos procesos se enmarcan en la monumental investigación sobre la corrupción en el Estado y sus interrelaciones con los negocios privados, conocida como "Operación Lava Jato", que reveló una red de sobornos para financiar la política a cambio de obras públicas en Petrobras y luego se expandió a casi todos los niveles de la administración pública.

Se espera que la Cámara de Diputados, que tiene la autoridad para decidir si el Presidente enfrenta o no un juicio, vote a mediados de octubre sobre los nuevos cargos contra Temer.

Analistas citados por Reuters esperan que el Congreso rechace nuevamente que la Corte Suprema procese al mandatario, lo que lo habilitaría para seguir en el cargo hasta fines de 2018.

El debate de las acusaciones retrasará la revisión del plan de Temer de reformar el costoso sistema de pensiones, una medida clave para controlar el déficit fiscal.

Temer "ya era un Presidente impopular proponiendo medidas impopulares. Ahora existe la percepción de que él, su gabinete y su coalición de gobierno están involucrados en una serie de malas prácticas", dijo a Reuters Lucas de Aragão, de la consultora de riesgo político Arko Advice, en Brasilia.

Un a opinión coincidente con la de coordinador de la encuesta de Ibope, Renato da Fonseca, quien afirmó que "esta popularidad muy baja" de Temer se motivó en "la cuestión económica y en la cuestión de la corrupción", según consignó Ansa.

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