Comenzaron como extensiones móviles de redes sociales, pero hoy abarcan prácticamente todos los ámbitos. El desarrollo de aplicaciones móviles (Apps) llegó con fuerza a Chile y no piensa dejarnos.

"Este es un mercado en crecimiento, apalancado en gran parte por el aumento explosivo que ha tenido la tendencia a la movilidad, la masificación de los dispositivos portátiles y la democratización del acceso al conocimiento en términos de programación y nuevos lenguajes de desarrollo", explica Pablo Traub, gerente general de la incubadora de negocios Imagine Business Lab.

Según un estudio elaborado por la consultora IDC, a 2014 la cantidad de smartphones en el país bordearía los 10,6 millones. "La masificación de los smartphones, la alta cantidad de líneas con internet móvil, la llegada de 4G y su promesa de mayor cobertura, plantea un panorama auspiciador para el mercado de apps en Chile", cuentan desde la incubadora de la Universidad Católica de Valparaíso, Chrysalis.

Desde The App Date, uno de los eventos de investigación y difusión de aplicaciones móviles más importantes a nivel mundial, sostienen que este escenario va en ascenso debido a la explosión que ha tenido el uso del internet móvil.

"De acuerdo a nuestros datos recopilados de la industria, en Chile se han creado más de 3 mil aplicaciones, tanto para su uso en el país como en el extranjero, y tanto de empresas de desarrollo como proyectos propios", explica Nicolás Tejos, country manager de The App Date Santiago.

El mercado de las aplicaciones móviles y los smartphones en Latinoamérica se ha ido expandiendo a tasas muy altas y Chile es un ejemplo relevante. "Aquí, el uso del teléfono es súper alto. Según los datos disponibles, hay casi 1,6 teléfonos por persona. A nivel mundial existen más de dos millones de aplicaciones y cada mes se crean como 30 mil. Esto hace que el desarrollo de aplicaciones móviles sea claramente un escenario interesante para desarrollar", asegura Sebastián Vidal, director ejecutivo de Start-Up Chile.

Escenario local

En Chile, se han desarrollado aplicaciones para prácticamente todo. La incubadora de negocios Imagine Business Lab puede dar fe de ello. "Hemos potenciado apps dirigidas a los mercados del deporte, belleza, transporte, seguridad, entre otras", cuenta Pablo Traub. Entre las aplicaciones que han pasado por Imagine y que han logrado posicionarse en el mercado con éxito están PasajeBus, una app móvil para la compra de pasajes en línea a todo Chile. LookApp, una aplicación social y colaborativa, donde los ciudadanos reportan, revisan y comparten información de incidentes de seguridad ciudadana y TransantiagoMaster, una app que entrega toda la información del transporte público y condiciones generales de los recorridos.

"Chile cuenta con gran talento; ese es el principal ingrediente para tener apps exitosas", dice Félix Halcartegaray, gerente de Incuba UC, entidad que en los últimos tres años ha acogido unos 15 proyectos de este tipo.

En  la incubadora Santiago Innova explican "el país todavía sigue siendo un mercado pequeño, por lo que todavía queda camino por recorrer en términos de desarrollo de soluciones que creen real valor para los usuarios".

El programa Start-Up Chile de Corfo, desde su creación en 2010, ha acogido 116 proyectos relacionados con aplicaciones móviles. Entre ellos, los más exitosos han sido: Lab4u, una aplicación que permite utilizar smartphones o tablets como instrumentos científicos; Safer Taxi, una app para solicitar taxis mediante la utilización del GPS y Pact, una aplicación que ayuda a mantener la condición física y al mismo tiempo ganar dinero.

"El tema de las apps está recién partiendo, al igual que en todos lados. El punto es que la accesibilidad para desarrollar aplicaciones en el último tiempo ha aumentado y eso es lo que  ha tomado fuerza", cuenta Cristóbal Llugany, gerente general de Safer Taxi.

"Las aplicaciones móviles debieran satisfacer una necesidad y solucionar un problema relevante en la sociedad. Si se hace esto, los usuarios serán más fieles y cautivos. La clave es que el cliente use mi aplicación porque la necesita", afirma Sebastián Vidal.

El director de Start-Up Chile detalla que el mercado está creciendo rápidamente, pero al mismo tiempo se está complejizando el diferenciarse como producto. "Para ser exitosos en esta área se debe desarrollar una aplicación de calidad, que cuente con un buen contenido, que genere buenas actualizaciones, que tenga conectividad, que cuente con una buena interfaz y, principalmente, que pueda salir de Chile", añade.

Desafíos

"Actualmente en Chile no existe un real mercado de apps, sino más bien un laboratorio de testeo. La experiencia muestra que las aplicaciones deben tener un enfoque B2B -aplicaciones desarrolladas por empresas para empresas- si es que se quiere asegurar clientes", explican desde Santiago Innova.

"En Chile no es complicado conseguir financiamiento cuando eres emprendedor, excepto para las empresas informáticas, en este caso específico el desarrollo de apps, porque desarrollar una aplicación requiere muchísimo tiempo y durante ese tiempo de desarrollo deben haber resultados para poder generar ingresos", asegura Wilfredo Salas, diseñador gráfico de la agencia Movidreams.

"A uno que está inmerso en el rubro, le gustaría que existieran muchas más instituciones que se dediquen a fomentar y potenciar este tipo de emprendimientos, pero con las que hay se puede perfectamente desarrollar y comercializar una aplicación. No es imposible", afirma Cristóbal Llugany.

Félix Halcartegaray sostiene que Chile es un país que cuenta con un gran talento y que ese es el principal ingrediente para tener apps exitosas y añade que "es necesario juntar el talento en negocios, en tecnología y en diseño y ponerlos a trabajar juntos, ya que una app exitosa es la mezcla de las tres cosas. He visto muchos equipos que carecen de uno de estos perfiles, y es notorio, ya que les falta visión de negocios, o velocidad para reaccionar a cambios, o una experiencia de usuario y atractivo visual. Cuando un equipo está completo en estos perfiles, logran realizar apps muy interesantes".

Pablo Traub, de Imagine, sostiene que técnicamente no hay mayores desafíos. "No se necesita estudiar cinco años para poder desarrollar una aplicación. El mayor desafío es desarrollar aplicaciones con un mercado global en mente y que estas aplicaciones puedan ser escalables a diversos contextos y latitudes. Sin duda, ahí está la clave".

"En Chile las apps deben experimentar un giro que apunte a resolver necesidades y problemas productivos, más que a aplicaciones de ocio y entretenimiento", aseguran desde Chrysalis.

Nicolás Tejos, de The App Date Santiago, asegura que "se ve un buen futuro. Se está tomando conciencia de la importancia del emprendimiento y de las apps. Los conocimientos son cada vez mejores sobre las últimas tecnologías y se está aspirando a proyectos escalables".