La aprobación de la gestión del presidente de EE.UU., Barack Obama, cayó al 39 % desde el 40 % que tenía en julio pasado y los votantes están muy divididos sobre sus acciones ejecutivas para suspender la deportación de millones de indocumentados, según una encuesta divulgada hoy.

El sondeo, llevado a cabo por la Universidad Quinnipiac con entrevistas a 1.623 votantes registrados entre el 18 y el 23 de noviembre, sitúa la aprobación a Obama en un 39 %, solo un punto por encima del mínimo del 38 % que obtuvo en diciembre de 2013. 

El índice de desaprobación de la labor del presidente está ahora en el 54 % (contra el 53 % en julio) y los únicos votantes satisfechos con su gestión son los nacidos después de 1985, de acuerdo con la encuesta, cuyo margen de error es de 2,4 puntos porcentuales.

Un 42 % de los entrevistados confía más en Obama que en los republicanos del Congreso "para hacer lo que es mejor para la nación", pero un 47 % prefiere a los conservadores.

En el tema de inmigración, los votantes están muy divididos, con un 45 % que apoya que Obama actúe por su cuenta, como acaba de hacer, si el Congreso no responde, y un 48 % que rechaza que el mandatario tome medidas ejecutivas. 

En una cosa sí están de acuerdo los votantes, según Tim Malloy, director adjunto del centro de encuestas de la Universidad Quinnipiac: no quieren una parálisis administrativa como la del año pasado y con la que amenazan algunos de los congresistas republicanos más conservadores en rechazo a las acciones ejecutivas de Obama en inmigración. 

Esas acciones fueron anunciadas el pasado jueves por Obama en un discurso a la nación y se prevé que beneficien a unos 5 millones de indocumentados que evitarán la deportación durante tres años y recibirán permisos de trabajo.

El sondeo muestra, además, que el apoyo de los ciudadanos a los inmigrantes indocumentados está en su nivel más bajo desde que Quinnipiac recopila datos al respecto. 

Un 48 % de los entrevistados está a favor de que los indocumentados se queden en el país y de abrirles un camino hacia la ciudadanía, frente al 57 % que opinaba lo mismo hace un año.

Mientras, un 35 % opina ahora que los indocumentados deberían ser expulsados comparado con el 26 % que se pronunciaba de esa forma en noviembre de 2013, de acuerdo con la encuesta.