"A pesar de lo que se dijo en su momento, tenemos los estadios listos… bueno, casi todos terminados". La frase corresponde al Presidente de Sudáfrica, Jakob Zuma, y fue en pleno diálogo con el titular de la FIFA, Joseph Blatter, durante el sorteo del viernes en Ciudad del Cabo.

Y el mejor ejemplo para tal frase es el estadio Mbombela de Nelspruit, donde debutará Chile, el 16 de junio, ante Honduras. Los escombros en los alrededores denotan que la obra todavía no está terminada y el ingreso al lugar es aun más desolador: hay una excavadora cerca de un arco y cúmulos de tierra que recorren el campo de juego de área a área, como le gusta a Marcelo Bielsa para sus volantes externos.

Claramente, la intención de la FIFA no se cumplió, porque la página oficial de la entidad dice que el recinto "se prevé que esté finalizado en octubre de 2009". Menos aún los pronósticos de los dueños de casa, ya que el Comité Organizador local publica en la web que la construcción debería haber estado lista en junio.

Aun así, los sudafricanos aseguran que el recinto, con capacidad para 46 mil personas, estará terminado para febrero y será inaugurado en marzo, con un amistoso ante Ghana. Tienen bases para esa confianza: las tribunas están listas, el tablero marcador operativo y la obra gruesa en las instalaciones internas (camarines, sala de prensa, accesos) está hecha.

Un recorrido por dentro

"Bienvenidos al estadio Mbombela. Los atenderemos de la mejor manera posible", dice con una amplia sonrisa el coordinador del estadio,  Differ Mogale. Es el mismo que se esmera en mostrar a los visitantes que el recinto está en condiciones, aunque falte habilitar la cancha y, especialmente, los
alrededores.

Para llegar al lugar hay que recorrer cerca de dos kilómetros por un camino de tierra. De afuera, el cartel recibe con un "peligro, no pasar". Los encargados de las obras no permiten el ingreso al lugar, salvo autorización especial.

Más allá de eso, todo está preparado para que los buses ingresen por una calle que lleva a un subterráneo y de allí los equipos enfilen hacia sus respectivos camarines, con duchas y un gran jacuzzi.

Un poco más lejos está la sala de prensa, donde tendrá que aparecer el DT de la "Roja" después del juego ante Honduras. Es una especie de cine pequeño, que tiene conectada la zona mixta, donde los jugadores pasarán para hacer sus declaraciones.

Sin vidrios ni rejas
Al igual que la mayoría de los recintos modernos, el Mbombela no tiene rejas ni paneles de vidrios entre el público y el campo de juego. Se asemeja mucho a los estadios ingleses, pues la primera fila de asientos está muy cerca de la cancha y, como no hay pista atlética, los futbolistas estarán a dos metros de la gente.

Además, cuenta con tres bandejas para ubicar al público. La segunda está destinada a los palcos más caros y las cabinas de transmisión de la televisión.
La Selección tendrá que gastar media hora desde de la concentración, el Ingwenyama Resort, hasta el recinto, que albergará otros tres partidos del Mundial (todos de la primera fase de la competencia).

El lugar tiene una particularidad: las torres metálicas rojas que sostienen la estructura del coliseo representan a 12 jirafas. Nada más africano, por cierto.