Arabia Saudí dará licencia a las asociaciones deportivas femeninas por primera vez, según informó el diario Watan, lo que supondría un paso importante en un país ultra religioso donde los clérigos han advertido en contra del ejercicio femenino.

El conservador reino islámico, en el que las mujeres deben tener el permiso de un familiar varón para tomar muchas decisiones importantes, envió el año pasado mujeres a los Juegos Olímpicos por primera vez tras las presiones recibidas por grupos internacionales pro derechos humanos. 

Hasta ahora, las instalaciones deportivas femeninas, incluidos gimnasios, han tenido que recibir la licencia del Ministerio de Sanidad y ser designadas como "centros de salud".

El pasado mes de abril, al Watan, propiedad de un príncipe saudí, informó de que el Gobierno había establecido un comité ministerial para permitir las asociaciones deportivas de mujeres. La Presidencia General de Bienestar de la Juventud, cuyas funciones son similares a las de un Ministerio de Deportes, sólo regula las asociaciones masculinas.

En 2009, un miembro del más alto consejo de clérigos del país dijo que las mujeres no deberían practicar deportes para evitar que "perdieran su virginidad" dañándose el himen. Las escuelas femeninas estatales no imparten clases de educación física.

El Watan dijo que el Ministro de Interior había decidido autorizar los clubes deportivos femeninos después de revisar un estudio que mostraba fallos en el sistema actual.

En agosto, dos mujeres saudíes, una judoca (Wojdan Shajerkani) y una atleta, se convirtieron en las primeras en competir en representación de su país en los Juegos Olímpicos. Al menos una de ellas había entrenado en el extranjero.

Las mujeres saudíes tienen prohibido conducir y deben tener el permiso de un "guardián" masculino, habitualmente el padre, marido o hermano, para casarse, viajar al extranjero, abrir una cuenta bancaria, trabajar o recibir algunos tipos de cirugía programada.

En enero, el rey Abdalá nombró a 30 mujeres para el Consejo de la Shura, un cuerpo designado que debate futuras legislaciones y da consejos no vinculantes al Gobierno.

Abdalá, a pesar de haber nacido en 1923, es visto como un impulsor de mejorar la educación y las oportunidades de trabajar para las mujeres, en ocasiones en contraposición a los poderosos clérigos conservadores.